
El último viernes 12 de diciembre, el largo proceso de extradición de Jossimar Cabrera Cornejo ingresó a su etapa final. Con la autorización del Poder Judicial, el ciudadano peruano fue entregado formalmente a agentes federales de Estados Unidos para responder ante las cortes de ese país por el asesinato de su esposa, Sheylla Gutiérrez, ocurrido en agosto en California.
Desde tempranas horas, el traslado se puso en marcha. La familia de la víctima siguió cada paso. Según detalló Jesy Gutiérrez, hermana de Sheylla, la entrega se realizó a las 7 de la mañana y el acusado fue llevado al aeropuerto policial para luego abordar un vuelo comercial rumbo a Estados Unidos. Horas después, Jossimar Cabrera ya estaba bajo custodia en territorio estadounidense.

Con su llegada, el sospechoso quedó recluido en una cárcel del condado de Los Ángeles, donde la Fiscalía local lo acusa formalmente de asesinato. Para las autoridades, el traslado marca un punto de quiebre en un caso que conmocionó tanto a la comunidad peruana como a la estadounidense.
EL CRIMEN QUE LO LLEVÓ A HUIR
Sheylla Gutiérrez, ciudadana peruana de 33 años, vivía en California junto a su esposo y sus tres hijos. En agosto, su desaparición encendió las alarmas. Un día después de que Cabrera reportara que no sabía dónde estaba su esposa, agentes del Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles hallaron sus restos en el Bosque Nacional Angeles, al fondo de un barranco.
Las investigaciones avanzaron con rapidez. Cámaras de seguridad captaron a Cabrera trasladando desde el complejo de departamentos un objeto voluminoso envuelto, que los investigadores vincularon con el cuerpo de la víctima. Días después, equipos de búsqueda localizaron en el bosque un objeto con características similares a lo observado en los registros fílmicos.
Con esas evidencias, la Fiscalía del condado de Los Ángeles presentó cargos por asesinato. Para los fiscales, tras el crimen, Cabrera huyó al Perú junto a los tres hijos de la pareja, intentando eludir a la justicia estadounidense.
DE LA CAPTURA A LA CÁRCEL EN EE. UU.
La Policía peruana ubicó a Cabrera aproximadamente una semana después de emitida la orden de captura internacional. Tras permanecer varios días en condición de no habido, el acusado se entregó el 27 de agosto a la Interpol en Lima, acompañado de su abogado. Desde entonces, quedó bajo detención preventiva mientras se resolvía su situación legal.
El proceso de extradición avanzó con rapidez. El 6 de octubre, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema declaró procedente la solicitud formulada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. El 30 de octubre, el Poder Ejecutivo autorizó la entrega y, finalmente, este 12 de diciembre se concretó su traslado.
A su arribo a Estados Unidos, Jossimar Cabrera fue puesto a disposición de una comisaría del Sheriff del condado de Los Ángeles por el delito de asesinato. El operativo contó con el apoyo de los U.S. Marshals, detectives de homicidios y la Fuerza de Tarea de Fugitivos de la Oficina de Delitos Mayores.

Para la familia de Sheylla, que el juicio se realice en California es una señal de confianza en el proceso. Han señalado que las leyes de ese estado contemplan sanciones severas para crímenes de esta naturaleza, lo que refuerza su expectativa de justicia. La Fiscalía del Condado de Los Ángeles acusa a Cabrera de asesinato acorde a los artículos 187(a) y 12022(b)(1) del Código Penal de California. Estos delitos contemplan penas de hasta cadena perpetua.
Mientras Cabrera permanece en una celda del condado de Los Ángeles, el caso sigue su curso judicial. La extradición cerró la etapa peruana del proceso y abrió, para la familia de la víctima, una nueva fase marcada por la espera del juicio y la esperanza de una ejemplar sentencia por el feminicidio que terminó con la vida de Sheylla Gutiérrez.










