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Ponerle punto final a una cadena de abusos y maltratos tuvo un costo devastador para la joven ingeniera Stephany Portilla Guerrero, cuya vida fue segada por una bala en el rostro en una escena que estremeció a toda La Libertad. La muerte de la profesional, reconocida por su brillante futuro y por el orgullo que representaba para su familia, dejó un profundo dolor y una sensación de frustración entre amigos y seres queridos, quienes hoy claman justicia frente a un crimen que, hasta el momento, no encuentra responsables.
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De acuerdo con las primeras investigaciones policiales, una motocicleta con tres sujetos habría abandonado la zona luego del ataque ocurrido en un descampado. Se trata del mismo sector donde la joven, pareja del exfutbolista de Chepén, Juan Enrique Muguerza Espinoza, fue hallada sin vida. El deportista, quien cargaba con varias denuncias por violencia familiar en la comisaría del distrito, se ha convertido en el principal sospechoso para los familiares, quienes aseguran que su historial de agresiones anticipaba un desenlace fatal.
“Hay varias denuncias que hemos presentado en la comisaría de Chepén, la última que fue cuando la arrastró en una camioneta”, declaró Elvis Portilla, padre de la víctima, mientras mostraba constancias policiales que registraban los ataques. La familia recuerda que la relación entre Estephany y Muguerza inició cuando ella tenía apenas 15 años, pese a la oposición de sus seres queridos. Con el paso de los años, la pareja atravesó episodios cada vez más violentos, al punto de que la joven ingeniera ya había confesado a su madre y a su prima su decisión de terminar el vínculo debido al carácter agresivo del exjugador.
Familiares de Estephany llegaron a lugar donde encontraron cuerpo (Foto: Evidencia Oculta)
“Pese a que se conocían de años, esta se convirtió en una relación muy tóxica. Yo he visto conversaciones en la que él la agrede a ella verbalmente y después me enseña sus moretones, además de golpes en la cabeza. Ella, por miedo, no quería contarle a mis tíos”, relató Damarís Cienfuegos, prima de la víctima. Los familiares también recuerdan el orgullo que sintieron al verla sustentar su licenciatura en Ingeniería Industrial en la Universidad César Vallejo (UCV), etapa que significó para ella un impulso para empezar una nueva vida en Lima, lejos de su agresor.
Padre no sintió el apoyo de la policía
El padre de Stephany denunció además la falta de acción de algunas autoridades policiales, pues —según afirma— existía amistad entre Muguerza y algunos agentes. “Interactué con un mayor de la policía que decía ser su amigo y terminó el caso como ‘seguridad pública’ cuando fue un intento de feminicidio. Ella apuntó que lo responsabilizaba a él si le pasaba algo”, indicó. Este testimonio coincide con lo visto en imágenes de la municipalidad, donde se aprecia al exfutbolista empujando violentamente a su pareja durante una discusión en la vía pública.
Primo de de Estephany cuenta sobre personalidad de agresor (Foto: Evidencia Oculta)
Primo de Stephany: “Era un tipo de dos caras”
El primo de Stephany reveló un aspecto clave sobre la personalidad de la pareja de la ingeniera. “Juan Muguerza era una persona de dos caras. Se mostraba como una persona pacífica, pero cuando estaba con ella era una persona agresiva y era otra cuando le entraba la cólera y la furia, y reaccionaba de una manera muy violenta”, reveló.
Otro episodio de violencia extrema quedó registrado cuando, tras una pelea por celos al salir de una discoteca, la estudiante de ingeniería fue arrastrada varios metros por la camioneta de Muguerza. Pese a ello, la joven intentó mantener la relación, aunque ya temía por su vida. “Me contó que su novio la había amenazado de muerte y que si no seguía con él, la iba a matar”, reveló la madre de la víctima, Carmen Guerrero, entre lágrimas. La familia hoy exige que la justicia actúe con firmeza para evitar que el caso quede impune, como tantos otros en el país.
Madre de Stephany: “Yo presentía algo”
El último gesto de Stephany fue organizarle una reunión sorpresa por su cumpleaños, el 6 de agosto. Sería la última vez que sería vista con vida. Un día después, pobladores del sector Los Pinos hallaron una escena desgarradora: la joven estaba arrodillada y rodeada de un charco de sangre. Al llegar la Policía, verificaron que ya no tenía signos vitales. Su cuerpo fue trasladado a la morgue de Chepén para las diligencias correspondientes.
Su madre recuerda el último diálogo que mantuvieron horas antes de su desaparición: “Llegó a las 10 de la mañana con los ojos rojos, de haber llorado, y me dijo: ‘Estoy cansada, no doy más. Me quiero alejar de él’. Después me dijo: ‘Me voy a ver con Juan’ y yo presentía algo... antes de irse volteó a mirarme y se le veía triste”, contó con profundo dolor.
La familia de Estephany Portilla sigue exigiendo justicia por un feminicidio que arrancó los sueños y el futuro de una joven profesional, dejando una herida imborrable, no solo en sus seres queridos, sino también en toda la comunidad de Chepén, que hoy exige que este crimen no quede en el olvido.
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