
El estruendo sacudió la cuadra 3 de la avenida Urubamba, en Ate Vitarte, cuando la mayoría de los negocios ya estaban cerrados. Solo la licorería, que además funcionaba como ‘brostería’, se mantenía con actividad hasta que, pasadas las dos de la madrugada, ocurrió la tragedia.
Las cámaras de seguridad registraron el momento exacto en que la onda expansiva arrojó al comerciante varios metros hacia la berma central. Aunque intentó ponerse de pie, las imágenes mostraron que apenas podía mantenerse erguido, tambaleando y con evidentes signos de dolor.

Los vecinos, alarmados por el estruendo, salieron de inmediato de sus viviendas. Vieron al comerciante herido, con la ropa encendida en llamas, y corrieron a socorrerlo. Según testigos, llegó a perder el conocimiento por algunos segundos en el pavimento antes de recuperar el sentido.
VECINOS EN PÁNICO Y DAÑOS MATERIALES
De inmediato, los residentes llamaron a los bomberos cuando las llamas comenzaron a propagarse en el interior del local. El fuego se expandió en cuestión de minutos, devorando botellas, cajas de cerveza y mobiliario.
El impacto no solo arrasó con la licorería: varias viviendas cercanas resultaron afectadas. Puertas retorcidas y ventanas rotas fueron parte de los daños que dejó la explosión. “Mi puerta se ha doblado, ahora quién me paga eso”, reclamó un vecino en medio de la confusión.
Tres unidades de bomberos llegaron hasta la zona para controlar el siniestro. Tras varios minutos de intenso trabajo lograron evitar que el fuego se propagara a más negocios y viviendas colindantes. Paralelamente, efectivos de la comisaría de Salamanca iniciaron las diligencias correspondientes.

Las investigaciones preliminares apuntan a que la explosión se habría producido por la fuga de un balón de gas en el interior del negocio. La acumulación del combustible en un ambiente cerrado habría generado la poderosa detonación que dejó destrozos en toda la manzana.
El comerciante herido fue trasladado a un hospital cercano, donde los médicos confirmaron que presenta quemaduras de segundo grado en gran parte de su cuerpo. Su estado es delicado y permanece bajo observación médica.
El siniestro también significó la pérdida total del negocio que el hombre había levantado con años de esfuerzo. Las llamas consumieron todo, desde la infraestructura hasta los productos almacenados.
La Policía Nacional ha dispuesto pericias especializadas para determinar si el accidente se debió a negligencia en el manejo del gas o a fallas en la instalación. Por ahora, los vecinos destacan que la rápida reacción colectiva fue decisiva para que el hombre sobreviviera al brutal estallido.
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