El último sábado, una cobarde emboscada narcoterrorista en el Vraem (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro) acabó con la vida de siete policías, pero también con la del inocente Marcos, un valiente perro que había sido adoptado por un técnico de la División Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes) de la Policía Nacional del Perú hace dos años y que vivía dentro de la de la dependencia de la institución ubicada en dicha zona.
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El perrito, de raza mestiza, había sido hallado en condiciones insalubres, lleno de pulgas y garrapatas y prácticamente desnutrido. Sin embargo, tras adoptarlo, los agentes le cambiaron la vida, lograron curarlo, limpiarlo, ganó peso y se convirtió en un miembro más de la familia policial en la comisaría de Natividad, en Pichari.
Durante la ceremonia fúnebre en Lima, a la que asistió la presidenta Dina Boluarte, el perrito Marquitos, como fue bautizado, no fue olvidado por sus amigos de la Dinoes y uno de ellos portaba una fotografía del can, mientras llevaban a los agentes caídos en ataúdes y realizaban cánticos de la institución.
Desde su adopción y posterior recuperación, Marquitos o Marcos, como también lo llamaban, acompañaba siempre a su dueño a las intervenciones de las que participaba y así lo hizo durante dos años hasta que este sábado 11 de febrero, ambos, junto a seis policías más, fueron interceptados por una ráfaga de balas provenientes de remanentes del grupo terrorista Sendero Luminoso.
Según informó el Ministerio del Interior, el cobarde ataque ocurrió cuando un grupo de ocho agentes de la Comisaría de Natividad y de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes PNP), al mando del capitán PNP Erwin Mego Villogas, realizaban labores propias de su función en el anexo Minirini.
“Fueron emboscados por presuntos delincuentes terroristas con armas de fuego de largo alcance, dejando como resultado siete policías fallecidos y uno herido”, indicó el Mininter.
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Los suboficiales que perdieron la vida fueron:
El capitán PNP Erwin Mego Villogas resultó herido.
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