La guarida paraguaya de 'El Monstruo'

Vivía como un fantasma en Sudamérica. Erick Luis Moreno Hernández, el temido cabecilla de Los Injertos del Norte, pasó de casas lujosas con piscina a una vivienda modesta en San Lorenzo, Paraguay, donde se escondía junto a su pareja, Daiana Martínez. Allí, en medio del miedo, la paranoia y la pobreza, se desmoronaba su imperio criminal.

Mira también:

Horas antes de su captura, ‘El Monstruo’ se mostró fuera de sí. Preso de un delirio persecutorio, grabó audios con frases llenas de odio contra una mujer que él creía lo había traicionado. “Vas a ver, maldita de m... , ¿tú qué pensaste? Porque los rayas (policías) te dan mil, dos mil, tres mil soles, hija de... ¿Te canjeas fácilmente, no?”, lanzó entre insultos, convencido de que su círculo lo estaba vendiendo. No se equivocaba: su paradero ya había sido delatado.

Momento de la detención del cabecilla de "Los Injertos del Cono Norte", Erick Luis Moreno Hernández “El Monstruo”.
Momento de la detención del cabecilla de "Los Injertos del Cono Norte", Erick Luis Moreno Hernández “El Monstruo”.

LA GUARIDA DE UN FANTASMA

Su escondite estaba en el barrio Mitaí, en San Lorenzo, donde alquilaba una modesta casa por unos 250 dólares al mes. Pagaba con el dinero que su pareja recibía a través de remesas enviadas desde el Perú, fruto de extorsiones que superaban los 5 millones de soles. Para cubrirlo, Daiana usaba distintos nombres: Ramona, Carolina o Fabiana.

El lugar estaba lejos de los lujos a los que Moreno se acostumbró. Piso de mayólica, una cama, una toalla sucia en un perchero, un ventilador viejo y una botella cortada que usaba como vaso. Solo meses antes había sido captado despilfarrando dinero y celebrando con botellas de whiskey en una discoteca de Bolivia y en un departamento con muchas más comodidades en el mismo Paraguay.

Por las boletas encontradas durante el allanamiento se reconstruye que el viernes 12 de septiembre, ‘El Monstruo’ había mandado a comprar un televisor en una casa de empeño, también menaje y cortinas que rara vez corría durante su estancia. En la sala tenía señal de wi-fi.

Cuando lo capturaron, lo encontraron en short y un polo, viendo televisión. Dormía siempre alerta, con miedo hasta de asomarse por la ventana.

En su paranoia, ‘El Monstruo’ trataba de cambiar de aspecto. Se alisó el cabello y adoptó un perfil bajo. “No me he hecho nada en la cara. Solamente me lacie el pelo”, declaró. Pero ni su nuevo look lo salvó del desenlace.

LA TRAICIÓN QUE LO HUNDIÓ

El golpe final no vino de un operativo de inteligencia sofisticado, sino de un despecho amoroso. El novio de la mujer que convivía con Moreno acudió a la Fiscalía y reveló su paradero. “Fue por celos, al parecer”, señalaron fuentes de la investigación. Ese dato, sumado al seguimiento policial, permitió confirmar su ubicación en menos de 72 horas.

Al momento de su captura, ‘El Monstruo’ insistía en saber quién lo había delatado. Según los policías, llegó a ofrecer un millón de dólares solo por el nombre del traidor. Creía que era uno de sus cómplices en Lima, pero estaba equivocado. Lo había entregado un hombre despechado.

La madrugada del operativo, 35 policías paraguayos ingresaron al predio. Hablaron únicamente en guaraní para evitar filtraciones. El Monstruo apenas tuvo tiempo de reaccionar.

Hoy permanece en la prisión de máxima seguridad de La Emboscada, aislado y bajo estricta vigilancia. Su extradición al Perú está en proceso y podría enfrentar cadena perpetua. De aquel hombre que se creía intocable, solo queda la imagen de un delincuente derrotado, delatado por amor y atrapado por el miedo.

TE PUEDE INTERESAR

SOBRE EL AUTOR

Los periodistas de la Redacción Trome informamos con la verdad y de una manera diferente, siempre pensando en ti. Tenemos lo que debes saber para mejorar tu vida, tu día a día. Información importante, interesante y útil. Sobre el Perú y el mundo, en deportes, espectáculos, familia, política y más.

Contenido sugerido

Contenido GEC