Drogas, un amor prohibido, dinero y una acaudalada zona de la ciudad. Ingredientes de novela que alimentaron el morbo de la gente y convirtieron este crimen en uno de los más sonados de los últimos años. El 2 de Mayo del 2014, André Lucien de Silva Santisteban (19) atacó a su tía Vanessa Maza Álvaro (42) con 21 puñaladas, en su casa de San Borja, acabando con su vida y dividiendo para siempre a su familia. ¿Por qué la mató?
¿De qué se trata este crimen que recordó esta semana el programa ¿'Estás en todas’? Los hechos se suscitaron tras una pelea entre ambas personas luego de que discutieran y forcejearan en el segundo piso del domicilio de la occisa, en San Borja. Sin embargo, durante el juicio, André de Silva alegó no recordar lo ocurrió dentro de la cocina donde se perpetró el homicidio.
Durante el proceso judicial, el inculpado, que fue sentenciado a 20 años y 10 meses prisión, sostuvo que mantenía una relación sentimental con su tía Vanesa desde que éste tenía 16 años y que recibía apoyo económico de la agraviada para mantener sus estudios universitarios.
“Mantuvimos una relación amorosa sin haber llegado a consumar el acto sexual”, dijo André a la Policía tras haber sido capturado con las joyas valorizadas en miles de dólares.
Aquel 2 de mayo, a las 11 de la mañana, según su testimonio, discutieron porque ella quería tener relaciones sexuales y él se negó. Vanessa le recriminó por los gastos que debía hacer por la universidad, la ropa y las propinas.
“[Vanessa] Cogió un cuchillo y se lo puso en el cuello, traté de quitárselo [...]. Luego cogí un objeto circular y la golpeé en la cabeza [...]. No recuerdo haber cogido un cuchillo”, confesó André, quien –según la policía– mató a su tía para robarle. ¿Pero qué ocurrió realmente? ¿Cuál fue el móvil?
EL SOBRINO FAVORITO
Cuando André y su mellizo Jean Claude tenían 3 años, sus padres se separaron y ambos quedaron al cuidado de su papá, un médico destacado.
“Llevábamos la vida de cualquier niño cuyo padre gana S/.50 mil mensuales”, se franqueó Jean Claude en una entrevista con ‘El Comercio’. Pero el confort acabó el día que su papá murió a causa de un avanzado cáncer a los pulmones. Los hermanos sentirían, así, el primer golpe en la vida.
Carla Maza (48), su madre, les prometió que mantendrían el nivel socioeconómico tras la muerte del papá y que ella solventaría los gastos siendo ama de casa. Pero no hubo necesidad de mucho esfuerzo porque ahí estaba la tía Vanessa, soltera, sin hijos y con una tarjeta de crédito a la mano para engreír a sus sobrinos adolescentes.
Vanessa ingreso a la vida de André como un soporte económico. Según la versión del asesino, el cariño que su tía le profería poco a poco se fue transformando en algo más, en el interrogatorio. “Yo quiero declararme culpable. Fui a verla para pedirle un dinero de un negocio que tenemos juntos. Estábamos conversando en el cuarto, mi tía me pidió tener intimidad, porque ya no podía más. Nunca la habían amado y yo era el único que la quería. Ella se quejaba que tenía ya casi 50 años”, señaló André.
Según afirmaciones de familiares y amigos de Vanessa, ella era una tía amorosa y jamás ocultó el amor que sentía por sus sobrinos, sobre todo por André. Era una mujer alegre, trabajadora, caritativa, para muchos incapaz de siquiera tener algún tipo de pensamiento lascivo para con su sobrino. Exitosa empleada de un banco, soltera sin hijos, tenía un negocio de venta de inmuebles. El día del crimen ella lucho por su vida, como lo demuestran las heridas de defensa que ella presentaba y murió tras muchas horas de agonía.
EL MÓVIL DEL CRIMEN
André manifestó que, tras su negativa a tener relaciones sexuales con su tía, ella fue la que cogió un cuchillo y amenazó con suicidarse, es ahí donde él intenta quitarle el cuchillo y ella le corta la mano, dándose inicio a la masacre. Él la apuñaló 21 veces.
Sus manos tenían las huellas de los cortes que le ocasionó su tía cuando intentaba defenderse de su ferocidad. Recibió 12 puntos en ambas manos. Vanessa, en cambio, tuvo 21 cortes en el cuerpo, pero el mortal cayó a la altura del tórax que le perforó los pulmones.
Para la Policía el móvil fue el robo, ya que no encontraron indicios que dieran sustento a la versión de André. En el programa ‘Punto final’, el hermano mellizo de André de Silva Santisteban, Jean Claude, manifestó que este tenía dinero en sus cuentas bancarias, por lo que no tendría sentido que atentara contra su familiar para arrebatarle sus pertenencias.
“Se me hace difícil creer que el móvil fue el robo. Él tenía plata en el banco, en las cuentas bancarias. Tenía ropa en buena cantidad y estaba en una buena universidad”, indicó.
¿Quizás fue el consumo de drogas lo que lo influyó a atacar a su tía? Jean Claude reconoció que tras la muerte de su padre ambos se refugiaron en las drogas, pero lamentablemente André no pudo. El examen toxicológico que se le practicó al homicida determinó que este había consumido marihuana y benzodiacepinas, combinación que desencadenar en diversas situaciones.
“Soy consumidor de marihuana porque sufro ansiedad y episodios epilépticos. Por estrés tomaba ansiolíticos”, confesó André.
En 2016, la Segunda Sala Penal con Reos Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima le impuso a André de Silva Santisteban 20 años y 10 meses de pena privativa de libertad efectiva por el delito de agravio contra la vida, el cuerpo y la salud en homicidio calificado contra Vanessa Verónica Maza Álvaro. Aparte, la pena también consideró la falta de hurto agravado en contra de su abuela Carmen Rosa Álvaro Maza.
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