Una verdadera pesadilla vivió una mujer en El Agustino tras ser brutalmente atacada en dos ocasiones por su expareja, el ciudadano venezolano Axel Benjamín Linares Zerpa, de 30 años. El sujeto no solo intentó apuñalarla dentro de su centro de trabajo, sino que además hirió con cuchillo a dos agentes de Serenazgo que intentaron protegerla. El caso ha conmocionado a los vecinos y ha encendido las alarmas sobre la falta de respuestas efectivas ante la violencia de género.
Todo comenzó el pasado jueves, cuando Linares Zerpa irrumpió furioso en el negocio donde labora su expareja. Según las imágenes de cámaras de seguridad, llegó gritando, empuñando un cuchillo, y sin decir palabra, la golpeó con el mango del arma, le hizo varios cortes en la pierna y hasta la sujetó del cuello.
Los gritos desesperados de la víctima alertaron a los vecinos, quienes llamaron a los serenos del distrito. Uno de los agentes que acudió al rescate terminó herido en el rostro. “Me clavó el cuchillo en la gorra, me cruzó la nariz. El corte fue tan fuerte que me agarró una arteria”, relató aún conmovido.
A pesar del esfuerzo, el agresor logró huir esa noche.
Increíblemente, el último lunes, Linares volvió al mismo local con el mismo cuchillo. Esta vez, encontró a su expareja sola y no dudó en lanzarse sobre ella. En medio del forcejeo, intentó cortarle la nariz, mientras gritaba que la iba a matar. Las amigas de la víctima también resultaron heridas mientras intentaban defenderla.
Una segunda alerta movilizó nuevamente a Serenazgo. Esta vez, el agresor acuchilló en el hombro a otro agente, pero finalmente fue reducido entre varios y entregado a la Policía Nacional del Perú. Fue llevado a la sede de la Depincri de El Agustino.
“Ya me había hincado tres puntos, me había hecho tres huecos. Me decía: ‘te voy a matar’”, contó el otro sereno herido.
El venezolano será procesado por tentativa de feminicidio y lesiones graves a autoridades. Sin embargo, familiares, testigos y vecinos temen que recupere su libertad si las autoridades no actúan con celeridad.
“Este tipo no se puede ir. Ya quiso matarla dos veces. ¿Qué esperan? ¿Que la mate en la tercera?”, expresó una comerciante.
El Ministerio de la Mujer ha sido exhortado a intervenir de inmediato para proteger a la víctima, quien permanece con múltiples lesiones y necesita ayuda psicológica urgente.
Los vecinos exigen mayor vigilancia y un castigo ejemplar. “No puede ser que una mujer tenga que vivir así, temiendo que la maten en su trabajo”, declararon.
Este caso evidencia una vez más la urgente necesidad de medidas eficaces contra la violencia de género y la protección de las víctimas. Porque la historia pudo terminar en una tragedia. Y aún no es tarde para evitarla.
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