Bailaron, bebieron toda clase de licores y agradecieron por la llegada del Año Nuevo y horas más tarde se vieron envueltos en un terrible hecho sangriento. Dentro de una vivienda y mientras los invitados bailaba conocidos temas de música chicha, un joven de 34 años fue atacado a cuchillazos y una hora más tarde, murió, en el hospital. Esto fue en El Agustino.
Christian John Trujillo Lozano (34), aficionado a los gallos, asistió una fiesta por la llegada del Año Nuevo en la casa de su amigo en el asentamiento humano Ancieta Alta mz. C lote 24. Tomo licor no solo con su amigo sino que también con otros asistentes. Bailó con varias invitadas hasta que pasadas las 6 de la mañana se escuchó, según los vecinos, que se lanzaban botellazos en la casa y continuaron la pelea en la calle.
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Mientras algunos asistentes se peleaban en la calle, dentro de la casa, había sido atacado Christian Trujillo, quien a pesar de la gravedad de las heridas que tuvo en el tórax y abdomen, salió a la calle a pedir ayuda.
Tambaleándose llegó hasta un poste de alumbrado público, frente a la vivienda. Luego siguió avanzando varios metros hasta que se recostó a un auto blanco estacionado y se desangró varios minutos.
Su amiga Jennifer Camacho, lo condujo al hospital Hipólito Unanue, donde instantes después, el muchacho falleció.
Los policías de Depincri El Agustino, el fiscal de turno y peritos de criminalística, llegaron a la vivienda y realizaron las diligencias.
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Pese a que en la casa ya estaba todo limpio y no quedaba el menor rastro que se realizó alguna fiesta, los policías ingresaron e interrogaron a algunas personas. Además buscaron en una bolsa de basura alguna evidencia como el arma utilizada para atacar al joven. Solo encontraron botellas de licor rotas.
“Estábamos bailando música chicha. No sé qué pasó. Escuché que hubo un pleito por una mujer. Luego vi correr a todos a la calle”, dijo una testigo a los policías.
Se metió con la gente equivocada y perdió. A espalda de su casa y delante de sus amigos, Anderson Ángel Ricaldi Leonardo (18), fue asesinado de un balazo en la cabeza por un desconocido en su propio barrio, en El Agustino.
El muchacho, que cumplió la mayoría de edad el 31 de marzo, se reunió con varios amigos frente al jirón Cahuide 130 en cerro San Pedro, y bebieron varias cervezas mientras celebraban la navidad y hacían planes para salir a alguna fiesta por la llegada del año nuevo.
A las 9:30 de la noche, cuatro sujetos, vestidos con ropa negra y casaca con capuchas, aparecieron por el jirón José Gálvez y avanzaron hacia el jirón Cahuide. Uno de los desconocidos, de contextura delgada y 1.65 cm, sacó una pistola y le disparó a corta distancia al jovencito, cuyo proyectil le perforó el cráneo y lo mató instantáneamente.
Dos sujetos escaparon por donde llegaron y otros dos por el jirón Cahuide. Los amigos de la víctima corrieron en varias direcciones para escapar.
Los vecinos llamaron a los policías de la comisaría de San Pedro y ellos llegaron al lugar. Acordonaron el área y comunicaron al fiscal de turno y peritos de criminalística.
Su madre Ildefonsa Leonardo Palpa, llegó a la escena y protagonizó fuertes escenas de dolor. Indicó en medio del llanto que no sabía los motivos por los que mataron a su hijo.
Los policías realizaron las labores en el lugar y horas después se ordenó el levantamiento del cadáver y traslado a la Morgue Central de Lima.
Se indicó que Anderson Ricaldi, fue denunciado el 28 de mayo de este año por encañonar a dos trabajadores de una empresa eléctrica, cuando realizaba trabajos verificación de medidor en un inmueble. Junto con su cómplice les robaron celulares. Los agraviados acudieron a la comisaría de San Pedro a poner la denuncia por el asalto que cometieron. Allí les enseñaron el álbum fotográfico de presuntos ladrones y reconocieron a Anderson Ricaldi, como el sujeto que los encañonó para asaltarlos.
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