:quality(75)/s3.amazonaws.com/arc-authors/elcomercio/261f2003-e2e3-42b0-afa5-d943c81ceade.jpg "Foto de Redacción Trome")
Detrás de sus cuerpos tonificados, sus selfies en el gimnasio y sus miradas seductoras, se ocultaba una dupla criminal que sembró el terror en la noche limeña. Joselyn Díaz Rodríguez y Alicia Manayay Reyes, ambas de 31 años, no solo eran conocidas en redes sociales por sus fotos provocadoras, sino también por ser las presuntas responsables de haber ‘pepeado’ a tres ingenieros en Miraflores. Uno de ellos, Bruno Fernando Medina Zúñiga, de apenas 25 años, no sobrevivió.
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Este sábado, el programa ‘Estás en todas’, en su sección ‘Crimen y castigo’, recordó el caso de dos seductoras mujeres que captaban a sus víctimas en los bares más exclusivos de la capital y suministraban un potente somnífero en sus bebidas, para luego arrasar con todas sus pertenencias.
Era la madrugada del 16 de marzo de 2024. Bruno, recién egresado de ingeniería mecánica y empleado de Atlas Copco, celebraba su inminente ascenso con colegas en un bar por el parque Kennedy. La noche avanzaba entre brindis y risas, hasta que el grupo decidió continuar la reunión comiendo hamburguesas.
Fue en ese momento que el destino los cruzó con Joselyn y Alicia. Las mujeres, que horas antes habían sido captadas por cámaras caminando por el Paseo San Ramón —antigua Calle de las Pizzas—, se acercaron a los ingenieros con gestos de coquetería y simpatía. En pocos minutos, la conversación fluyó y las convencieron de ir a un departamento en la calle Merino, en pleno corazón de Miraflores.
El reloj marcaba las 5:01 a.m. cuando todos ingresaron al inmueble. Comieron, bebieron whisky, cerveza y, sin saberlo, también tragaron un potente coctel de benzodiacepina. Las cámaras de vigilancia registraron todo. Dos horas después, las mujeres salieron del lugar con rostros cubiertos y las carteras llenas de celulares, relojes, dinero y tarjetas bancarias.
Avezadas delincuentes fueron detenidas.
SUS COMPRAS LAS DELATARON
Cuando los amigos de Bruno despertaron, seguían atontados por el somnífero. Tardaron en reaccionar. Al buscar a su compañero, lo encontraron sin signos vitales. El joven, que horas antes celebraba un logro profesional, murió por un edema cerebral provocado por la mezcla de alcohol y sedantes.
El golpe fue brutal. La policía inició una investigación sigilosa. Durante 50 días, agentes de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri analizaron grabaciones de cámaras de seguridad, transacciones bancarias y testimonios. Las criminales habían utilizado las tarjetas robadas para comprar zapatillas y ropa en un local de San Juan de Lurigancho. También fueron vistas en una tienda del emporio comercial de Gamarra.
La evidencia era sólida. Una orden judicial permitió ejecutar un operativo simultáneo: Alicia Manayay cayó en su boutique de ropa en La Victoria, mientras que Joselyn Díaz fue interceptada al salir del gimnasio en San Juan de Lurigancho, donde cada mañana ejercitaba sus curvas para mantener la imagen que usaba como carnada.
Peperas que mataron a ingeniero recibirían cadena perpetua
PODRÍAN AFRONTAR CADENA PERPETUA
Ambas mujeres fueron trasladadas a la sede de la Dirincri. Sus rostros, antes sonrientes en redes sociales, ahora reflejaban miedo y resignación. Están siendo procesadas por el delito de robo agravado con subsecuente muerte, un cargo que puede llevarlas a cadena perpetua, según la Ley peruana.
El fiscal provincial Erick Rivera Ruiz presentó los elementos de convicción al Poder Judicial, por lo que en junio del año pasado fueron condenadas a 18 meses de prisión preventiva, pero la presidenta del Cuarto Juzgado Penal Colegiado de la Corte Superior Nacional, Fernanda Ayasta, advirtió que casos como este, donde se usan sustancias tóxicas para delinquir y se produce una muerte, no tienen margen de indulgencia.
Bruno Medina Zúñiga, apasionado por su carrera y con una prometedora vida profesional por delante, fue sepultado por su familia entre lágrimas e impotencia. Su historia sirve como un trágico recordatorio de los peligros que se ocultan tras una sonrisa atractiva en una noche de diversión.
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