Cómplice de mujer que asesinó a su esposo da detalles del crimen

El caso que estremeció a Breña hace poco más de un mes sigue revelando detalles escalofriantes. Katherine Bello Serrano, sindicada como cómplice y cuñada de Keillys Aguilera Meneses, confesó ante las autoridades que el asesinato de Alexander Valverde Laines fue planeado con dos meses de anticipación. Su testimonio, difundido por América Noticias, expone cómo ambas mujeres diseñaron una estrategia para matar no solo a un hombre, sino a dos hermanos.

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Bello Serrano admitió que junto a Keillys, esposa de Alexander, elaboraron distintos métodos para ejecutar el crimen. “Yo le decía a Keillys que tenía que ser juntos, porque si lo hacíamos por separado, luego no podríamos hacerlo con el otro”, declaró ante la Policía. Las opciones que discutieron parecían salidas de una película de terror: quemarlos, disolverlos en ácido o enterrarlos.

Cómplice de asesinato fue detenida en Tumbes cuando trataba de huir del país.
Cómplice de asesinato fue detenida en Tumbes cuando trataba de huir del país.

“Kellys lo pensaba en otra forma, quemarlo con ácido. Siempre había coordinación entre ambas a fin de quitar la vida a nuestros esposos. El plan comenzó a ejecutarse dos meses atrás”, agregó en su confesión.

Según su versión, ambas mujeres coincidían en el mismo objetivo: acabar con la vida de Alexander y Rommel Valverde. Lo que las unía, afirmó, era el dolor y el resentimiento acumulado tras años de presuntas agresiones y humillaciones.

“Mi plan era poder drogarlos a Alexander y a mi esposo Rommel, llevarlos en el auto a un lugar solitario y ahí asfixiar o cortarlos, algo que no sea traumatizante, nada de sangre. Una vez concluido, enterrarlos y dejarlos”, sostuvo fríamente.

DOS MUJERES, UN MISMO PLAN

El plan criminal comenzó a materializarse el 21 de septiembre. De acuerdo con la confesión, esa noche Alexander Valverde fue atacado dentro de su propia vivienda. “Keillys tomó una bolsa amarilla y la coloca en su cabeza. Mi cuñado intenta moverse. Luego tomó otra bolsa transparente y también la colocó. No estoy segura si había una soga o era la bolsa que amarró en el cuello”, narró Bello con frialdad.

Ambas mujeres actuaron en coordinación. Tras el asesinato de Alexander, intentaron ejecutar el segundo crimen contra Rommel Valverde, esposo de Katherine. Sin embargo, el hombre logró despertar y frustró el intento. Fue entonces cuando la situación se tornó más desesperada: tenían un cadáver en casa, los suegros e hijos dormían en las habitaciones contiguas y el olor comenzaba a delatarlas.

“Me pidió que sea fuerte y que me tapara la boca porque si no, no iba a aguantar el olor”, recordó Bello en su testimonio. Durante más de media hora aguardaron tras la puerta, esperando el momento adecuado para sacar el cuerpo sin ser vistas.

La mujer de nacionalidad venezolana permanece detenida hasta que la justicia determine su sentencia. Foto: América Noticias
La mujer de nacionalidad venezolana permanece detenida hasta que la justicia determine su sentencia. Foto: América Noticias

LA MALDITA MALETERA

Finalmente, arrastraron el cadáver de Alexander hasta la entrada y lo metieron en la maletera de un vehículo. Aguilera condujo el auto hasta las inmediaciones del jirón Huaraz, en Breña, donde lo abandonó. “Yo le dije que por qué lo había llevado a ese lugar, ya que teníamos que botarlo en otro o quemarlo, enterrarlo. No se concretó lo que teníamos pensado”, confesó su cómplice.

Días después, el hedor alertó a los vecinos. Agentes de la Policía Nacional del Perú llegaron al punto y hallaron el cuerpo en avanzado estado de descomposición. Mientras tanto, Bello Serrano había retirado 3000 soles del banco y emprendió su fuga.

Su escape fue tan meticuloso como el crimen: se refugió en un hotel en Plaza Norte, tomó un taxi hasta un paradero informal y viajó a Chimbote, donde adquirió un pasaje hacia Tumbes. Allí fue finalmente capturada.

ENTRE EL HORROR Y LA VENGANZA

Las declaraciones de ambas revelan versiones similares, aunque difieren en el instante final: quién colocó la bolsa que causó la muerte de Alexander. Las dos se acusan mutuamente. Lo que sí comparten es la justificación: aseguraron que los hermanos Valverde las maltrataban y las sometían a violencia física y psicológica.

Keillys Aguilera incluso declaró que su esposo la obligaba a prostituirse y la había convertido en “una mercancía”. Sin embargo, para las autoridades, el crimen fue premeditado y ejecutado con alevosía.

Hoy, ambas mujeres permanecen recluidas bajo prisión preventiva mientras el Ministerio Público continúa con las investigaciones. La historia, que empezó como una alianza de dolor, terminó convertida en una alianza de muerte.

Un pacto infernal que acabó con una vida y destrozó a dos familias en Breña.

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