Fue detenido en el 2007 como ´'burrier' y su pena fue conmutada dos años después por el expresidente Alan García pero, lejos de componer su vida, se siguió dedicando al narcotráfico. Esa es la historia de Maret Kima, un ciudadano checo que se dedicaba a dirigir una red de envío de cocaína por encomienda al extranjero.
Maret Kima era investigado por la Dirección Antidrogas (Dirandro) de la Policía Nacional a raíz del hallazgo de droga impregnada en un sospechoso paquete de mantas que tenían como destino Holanda en los almacenes de Talma en el Callao. Su nombre apareció como remitente de este envío.
Unos días después Maret Kima intentó enviar más de un kilo de cocaína en 75 frascos con cápsulas de maca en una encomienda al Reino Unido. En esta ocasión el envío estaba a nombre de Mare' Perú, una empresa de fachada que resultó ser de este escurridizo ciudadano checo al que la Policía Nacional ya tenía bajo su radar.
No contento con sus dos frustrados intentos, Maret Kima intentó otra vez sacar droga del mismo modo pero la Segunda Fiscalía Antidrogas del Callao entró en acción y logró que el checo fuera intervenido junto a sus presuntos cómplices el 14 de marzo pasado en un inmueble de Ate donde alistaban un nuevo envío de cocaína.
Entre los intervenidos en este operativo figura el suboficial PNP David Jhonny Roque Quispe, quien trabajaba en el VRAEM y era el abastecedor de la droga del ciudadano checo. Hoy todos se encuentran detenidos preventivamente por 18 meses mientras continúan las investigaciones de este nuevo golpe al narcotráfico.
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