Los familiares de Jacqueline Agurto Montaño, una joven madre que desapareció el 31 de julio durante una fiesta de cumpleaños en el caserío Manchuria, distrito de Pítipo, en Ferreñafe, están sumidos en la conmoción y el dolor.
Jacqueline había viajado desde Chiclayo, en la región Lambayeque, Perú, para asistir a la celebración. Tras cinco días de intensa búsqueda, su cuerpo fue encontrado sin vida a pocos metros del lugar del evento.
El principal sospechoso del crimen es su hermanastro, Jesús Manuel Agurto Vílchez, según la Policía de Homicidios. Al parecer, Agurto Vílchez, quien también estuvo en la fiesta, se escondió en un hotel del distrito de José Leonardo Ortiz durante tres días.
Las autoridades lograron localizarlo y, tras ser detenido, confesó su participación en el crimen, admitiendo haber enterrado a Jacqueline en una casa abandonada a veinte metros del lugar de la fiesta.
La madre de familia fue enterrada en el cementerio de Chiclayo y sus allegados exigen justicia, afirmando que Agurto Vílchez no actuó solo. La Segunda Fiscalía Penal de Ferreñafe ha ordenado su detención por tres días mientras se determina su situación legal.
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