SIGUEN BUSCANDO JUSTICIA. Más de cuatro años después de que los jóvenes enamorados Carlos Campos Zapata y Alexandra Porras Inga perdieron la vida trabajando en un restaurante de comida rápida McDonald’s en el distrito de Pueblo Libre, el caso todavía continúa sin cerrarse.
Este caso, marcado por la tragedia de un accidente laboral, ha mantenido su curso investigativo persistente, revelando fallas críticas en la seguridad y salud en el trabajo.
Esta semana se inició la investigación preparatoria contra los implicados, destacando que las víctimas habían informado sobre una fuga eléctrica en una máquina apenas 28 horas antes del fatal incidente.
A pesar de las advertencias, los administradores del local, que estaban al tanto por medio de un grupo de WhatsApp, no tomaron las medidas adecuadas de seguridad.
Los familiares de las víctimas destacan, además, la falta de implementos de seguridad básicos como guantes, uniformes o calzado adecuado. Actualmente, el Ministerio Público investiga a ocho personas por los presuntos delitos de homicidio simple y contra la libertad de trabajo.
¿QUIÉNES SON LOS INVESTIGADOS?
Cabe recordar que, en el año 2020, la Segunda Fiscalía Superior Penal de Lima decidió declarar nulo el archivo sobre la muerte de los jóvenes Carlos Campos Zapata y Alexandra Porras Inga, trabajadores de la empresa McDonald’s que fallecieron en el local de Pueblo Libre tras recibir descargas eléctricas el 15 de diciembre del 2019.
Este caso había sido archivado en setiembre de ese año por el fiscal provincial Guido Vera Vera, luego que la empresa Arcos Dorados, representante de McDonald’s en el Perú, llegara a un acuerdo económico con una de las partes agraviadas.
Sin embargo, la fiscal Superior Penal de Lima, Delia Espinoza Valenzuela, ordenó dejar sin efecto esta resolución, luego de que el padre de Alexandra Porras presentara un requerimiento de elevación.
Según la resolución de la Segunda Fiscalía Superior Penal de Lima, la magistrada ordenó “ampliar la investigación preliminar contra María Pisfil Silva de Orihuela, gerente de negocio; Franklin Medina Huamán; gerente de turno; y José Carlos Andrade Roy; gerente general de la empresa Arcos Dorados, por el presunto delito contra la vida, el cuerpo y la salud en la forma de homicidio simple por dolo eventual”.
“Ellos tenían pleno conocimiento que la máquina expendedora de gaseosas tenía fugas y lo consignan un día antes de la muerte de los jóvenes en un chat donde están los gerentes, administradores y trabajadores. Por otro lado, cuando levantaron los cuerpos, estos no tenían botas, guantes, ni ningún tipo de indumentaria para limpieza. Por último, las pericias determinaron que el pozo a tierra estaba instalado de forma deficiente”, manifestó José Ocampo, abogado de la familia de Alexandra Porras.
¿QUÉ OCURRIÓ?
Alexandra y Carlos eran enamorados y llevaban tres y seis meses, respectivamente, laborando en el local de McDonald’s ubicado en la Av. Universitaria, en Pueblo Libre. Ambos sufrieron una descarga eléctrica cuando estaban por terminar su turno de trabajo, a las 7 a.m. del pasado 15 de diciembre de 2019, y se encontraban baldeando la cocina.
Se supo que Alexandra y Carlos debían cumplir –como máximo– 24 horas semanales, aunque sus familiares indicaron que muchas veces excedían ese tiempo. Como parte de sus funciones debían atender a los clientes, la cocina, la caja y limpiar el restaurante.
Tras la muerte de ambos, sus familiares exigieron que se investiguen las condiciones en las que laboraban, ya que –aseguraron– no eran idóneas. La abogada de la familia de Alexandra, Elizabeth Carmona, dijo que al llegar al restaurante encontró cables expuestos, y que los responsables del establecimiento cometieron una “negligencia punible”.
Por su parte, la empresa Arcos Dorados dispuso el cierre de todos sus locales a nivel nacional por dos días en señal de duelo. En el caso del establecimiento de Pueblo Libre, donde ocurrió fallecieron Gabriel y Alexandra, fue cerrado por el municipio por no contar con medidas de seguridad adecuadas.