LO MATARON POR PERDER DROGA. El pasado martes 24 de enero, un sangriento atentado remeció las calles de San Isidro. Un sicario, aún no identificado, abrió fuego contra , un peruano de 51 años inmerso en el mundo del tráfico de cocaína desde hace varios años.

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El asesino le disparó 14 veces mientras se encontraba en la notaría Verlarde Sussoni y durante el ataque, su esposa Alexia Sánchez recibió dos impactos y un cliente también resultó herido, aunque el único que falleció fue Poémape.

Según un informe de Hildebrandt en sus 13, que recopila información e hipótesis de la Policía, el crimen habría sido ordenado desde México, nada menos que desde el famoso y sanguinario Cartel de Sinaloa.

EL ERROR DE POÉMAPE

Las autoridades peruanas llevaban años siguiendo a Javier Poémape Chávez por el delito de tráfico ilícito de drogas, desde su estancia en el Perú y durante su vida en Panamá, donde empezó a radicar desde el 2015. Visitaba frecuentemente el país, aunque por poco tiempo.

Según los agentes de la Dirandro, la última vez que estuvo en Perú habría sido para coordinar un envío de dos toneladas de cocaína a Europa. Sin embargo, la ilegal mercancía fue decomisada por la Policía el pasado 6 de enero en el puerto del Callao, algo que los narcos mexicanos no le habrían perdonado.

“Si alguien pierde mucha mercancía, es táctica de cartel de Sinaloa mandar a matar para dar el mensaje: si cometes errores, lo pagas con tu vida”, dijo para Hildebrandt en sus 13, Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA.

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Sicario asesinó a Poémape en San Isidro
Sicario asesinó a Poémape en San Isidro

LA VIDA DE POÉMAPE

Javier Poémape Chávez vivió su infancia en el Callao, junto a su madre y hermano. Su papá vivía en Chile y en su casa siempre faltaba dinero, por lo que decidió empezar a trabajar como estibador en el puerto. Rápidamente hizo contacto con las bandas que se dedicaban a la exportación de cocaína y se hizo conocido por ocultar la droga en contenedores y embarcaciones.

En el año 1996, fue investigado por primera vez junto a un grupo de narcos colombianos. Uno de los implicados declaró que Poémape y su hermano habían coordinado el envió de 240 kilos de cocaína desde el VRAEM, pasando por el puerto del Callao para finalmente terminar el Europa. Por este ‘trabajito’, le habrían pagado 120 mil dólares.

En el momento en el que fue interrogado por la Policía, Javier Poémape aseguró que se dedicaba al cambio de divisas en La Molina y salió libre de polvo y paja de la investigación.

Pero no solo Javier y su hermano habrían estado implicados en el ilícito negocio. Su padre, Óscar Poémape, quien radicaba en Chile, también estaba en la mira de la Policía de ese país. Las autoridades barajaban la hipótesis de que padre e hijo movían cocaína por el puerto de Valparaíso.

En julio de 1997, Javier fue detenido con nada menos que 15 kilos de cocaína que iba a enviar a Europa. Fue enviado al penal de Lurigancho pero en mayo de 1998 fue liberado por un juez del Callao. Meses más tarde, volvió a ser el blanco de las investigaciones por un cargamento de droga en un buque chileno en el Callao. En esa oportunidad, la policía chilena detuvo a su padre pero él se libró de prisión.

Papá de Javier Poémape
Papá de Javier Poémape

En mayo de 1999 la Dirandro estaba tras los pasos de una organización criminal que movía grandes cantidades de cocaína desde Huánuco y la sacaba por el primer puerto hacia México. Las investigaciones determinaron que fue Poémape quien corrompía a los trabajadores de aduanas, por lo que fue detenido y encarcelado nuevamente, esta vez en el penal Castro Castro.

No pasó ni un año y se encontraron dos cadáveres cerca del colegio militar Leoncio Padro, a los que les habían amputado las piernas antes de asesinarlos. La Policía sospechaba que el autor intelectual del doble crimen era Poémape, aunque en ese momento estaba tras las rejas. Finalmente, el Poder Judicial lo absolvió y salió de prisión en 2001, cuando un juez le redujo la condena.

Javier, fuera de la cárcel, habría empezado nuevamente con sus negocios ilícitos.

Siete años después, en 2008, Jorge Chávez Cotrina, fiscal del crimen organizado, volvió a investigar a Poémape junto con el entonces alcalde de Pucallpa, Luis Valdez Villacorta. Sin embargo, tras dos años de investigación, volvió a salir libre de polvo y paja.

Por si fuera poco, en 2010, el juez del Callao Dilo Huamán Quintanilla aceptó un hábeas corpus que impedía investigar a Javier, aunque esto le valió su cargo.

POÉMAPE TENÍA REDES EN LA POLICÍA, PODER JUDICIAL Y MINISTERIO PÚBLICO

Según dijo para Hildebrandt en sus 13 la procuradora antidrogas Sonia Medina, Poémape manejaba una estructura legal con redes en el Ministerio Público, la Policía y el Poder Judicial, por lo que las investigaciones en su contra no daban fruto.

Inclusive Medina contó que enfrentarse al narco le valió una amenaza de muerte en 2012. “Recibí llamadas que decían que me cuide, que no me meta. Hasta que un día recibí un correo y decía que habían llegado a Lima en tal fecha unos colombianos para matarme. Decía que quien estaba mandando a matarme era Poémape”, dijo para el referido medio.

Además, según Hildebrandt en sus 13, muchas fuentes aseguran que el narco era muy cercano a las cabezas de los ‘Cuellos Blancos’. Quizá por eso fue que el exjuez supremo Vicente Walde Jáuregui vivía en una propiedad en La Molina que estaba a nombre de una empresa panameña cuyo dueño era Javier.

POÉMAPE HABRÍA SIDO COLABORADOR EFICAZ

Según el semanario, en 2014 un equipo especial de la Dirandro le pidió al fiscal antidrogas, Juan Mendoza, que Poémape se convirtiera en colaborador eficaz. Agentes de la DEA habrían estado presentes en las reuniones donde el narco confesó sus delitos y delató a otros delincuentes dedicados al tráfico de drogas. Al parecer, habría dado información de Barrio King, una banda que fue desbaratada por la Policía un año más tarde.

Mendoza aseguró que Javier colaboró con el Ministerio Público, con la PNP y con la DEA para tumbar organizaciones dedicadas al tráfico ilícito de drogas en el Perú y fuera del país. “Era como un agente encubierto, tenía que seguir metido en el narcotráfico para dar información. Es por eso que desde el 2014 su nombre dejó de sonar en las investigaciones”, relató para Hildebrandt en sus 13 otra fuente que estuvo presente en las reuniones.

Javier Poémape Chávez
Javier Poémape Chávez

POÉMAPE SE MUDÓ A PANAMÁ

Poémape se mudó a Panamá y desde allí habría controlado el circuito de la cocaína, indicó el jefe de homicidios de la Dirincri, el coronel Víctor Rovoredo. Sin embargo, este cambio de vida afectó su entorno familiar, ya que su esposa, Alexia Sánchez, se quedó a radicar en el Perú.

Según la Policía, los capos del cártel de Sinaloa tenían conocimiento de que Javier colaboraba con las autoridades peruanas, pero no no afectaba sus negocios, seguía contratando sus ilícitos servicios. “Se hablaba de que manejaba grandes sumas de dinero y propiedades de la organizacion mexicana”, dice Revoredo para el semanario.

LA CAÍDA DE POÉMAPE

En diciembre de 2022, Poémape volvió a Lima y al parecer preparaba un nuevo y enorme envío de cocaína. Sin embargo este se frustró el pasado 6 de enero, cuando tres policías de la Depincri Bellavista encontraron dos toneladas de la droga escondidas en una vivienda Sarita Colonia, en el Callao.

Las autoridades tenían la hipóstesis que la ilegal mercancía pertenecía al cártel de Sinaloa y Poémape estaba a cargo del envío.

Minutos antes de la 1 de la tarde, Javier Poemape Chávez, ‘Javi’, en compañía de su esposa llegó a la notaría Velarde Sussoni, en la cuadra dos de la calle Juan del Carpio, para firmar una carta poder.

Media hora después de la llegada de la pareja, un extraño sujeto ingresó al segundo piso del despacho notarial.

Sin pronunciar palabra, acribilló a ‘Javi’, quien murió en el acto. En el atentado, Alexia Virginia Sánchez (53) resultó herida.

POÉMAPE HABRÍA MANDADO A MATAR A VARIOS

Se le atribuía el asesinato de Junior Tarazona Acher, ‘Jota’, de ‘Barrio King’, en el interior de los baños turcos Windsor, en la cuadra 1 de la calle Miguel Dasso, en San Isidro.

La Policía también señala que habría ordenado a ‘Caracol’ matar a Gerald Oropeza, en el 2015. La Policía sospecha que habría estado detrás del atentado contra la fiscal Sonia Medina.

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