“Me arrepiento, fue un error”, fueron las palabras del septuagenario abogado Cosme Villegas Peña (72), tras reconocer que mató a su empleada doméstica, la venezolana Lizmar Hernández Farías (27), porque no habría aceptado mantener una relación sentimental con él.
Esta fatídica historia se inició en julio del año pasado cuando la extranjera, a través de una agencia de empleos de Miraflores, fue contratada para trabajar cama adentro en casa del anciano, en San Borja. Un mes después, este le propuso que sea su pareja de manera formal.
“Al mes que ingresó a laborar en esa casa, mi prima me comentó que su jefe estaba interesado en ella y que deseaba tener una relación seria, pero mi prima le había aclarado que su relación solamente era de trabajadora del hogar”, dijo a la policía Darlenys Farías.
En los siguientes meses, el abogado la llenó de regalos, entre ellos un celular, e incluso la llevó de viaje a Canta y a sus reuniones sociales, como las del Real Club en Asia, del que era socio.
Durante ese tiempo, la joven, con el celular que le regaló Villegas, se comunicaba por WhatsApp con un exenamorado que vive en Lurín. Para los detectives, esto habría enfurecido al anciano.
VIDEO FUE CLAVE
El 30 de diciembre del 2019, como habían acordado, Cosme Villegas y Lizmar viajaron a Canta en el auto de él para recibir el Año Nuevo. Al día siguiente, ella fue hallada muerta con un balazo en la nuca. Aunque el hombre de la tercera edad negó ese paseo, detectives de la División de Búsqueda de Personas Desaparecidas obtuvieron un video que Lizmar grabó en pleno viaje y compartió con su prima Darlenys.
“Pude reconocer la voz del señor Cosme que le preguntó a Lizmar ‘¿estás grabando?’, y ella le respondió ‘sí’”, sostuvo.
Los agentes, dirigidos por el coronel PNP Glen García Chávez, creen que habría aprovechado que fue a recoger agua en un bidón para atacarla.
En su defensa, el detenido dijo que la mató porque le robó cuatro mil dólares.