Lo que comenzó como un fin de semana de diversión terminó convertido en una pesadilla para la familia de Carlos Marcelo Lupuche Carrera, un joven de 22 años que desapareció el pasado domingo 5 de octubre en la playa León Dormido, en el distrito de San Antonio, Cañete. Desde entonces, su familia y amigos mantienen una búsqueda incansable para encontrarlo, mientras las horas pasan sin respuesta.
Según los testigos, el muchacho acampaba con ocho amigos cuando decidió ingresar al mar y fue arrastrado por una fuerte corriente. Nunca volvió a salir. A pesar de los esfuerzos iniciales, su cuerpo aún no ha sido hallado. “Era surfista, conocía el mar. No entendemos cómo desapareció así”, lamentó su padre.
Desde el día del incidente, los familiares de Marcelo han pedido apoyo a los vecinos, pescadores y rescatistas de la zona, además de solicitar refuerzos a la Capitanía de Puerto y al equipo de Salvataje de la Policía Nacional. Sin embargo, aseguran que la respuesta ha sido mínima.
“No hay equipos suficientes. Solo hay una moto acuática y un dron que opera una hora al día. No hay embarcaciones ni personal”, denunció Víctor Lupuche, hermano del joven, quien ha permanecido en el lugar desde el domingo.
El día de la tragedia, Marcelo jugaba vóley en la orilla junto a sus amigos. En un momento, una pelota se alejó por el viento y él entró al mar para recogerla. Fue entonces cuando, según relatan, pisó un desnivel y fue succionado por una corriente. “El mar estaba bravo, con bandera roja. Sus amigos vieron cómo su cuerpo se alejaba poco a poco”, relató Víctor entre lágrimas.
La familia cuestiona también la demora de las autoridades en llegar al lugar. “Hubo un tiempo de espera prolongada. Era domingo y no había atención. Todo fue muy lento”, aseguró el padre del joven, visiblemente afectado.
Marcelo era un estilista canino que amaba a los animales y soñaba con abrir su propio local. Sus seres queridos lo describen como un joven alegre, trabajador y solidario. “Era un chico lleno de vida y sueños. Solo pedimos que lo encuentren y que se haga justicia”, expresó su hermano menor.
La familia también ha pedido que se investiguen las circunstancias del hecho, ya que, según contaron, los amigos del desaparecido entregaron su celular formateado, lo que les ha generado dudas sobre lo que realmente pasó.
Mientras tanto, las labores de búsqueda continúan, aunque las condiciones del mar dificultan el trabajo de los rescatistas. Pese al cansancio y la incertidumbre, los familiares se mantienen firmes en su pedido de apoyo. Han compartido el número 976 211 398 para recibir cualquier información que ayude a ubicar el cuerpo.
“Si alguien lo encuentra, que nos avise. No queremos rendirnos. Solo queremos darle una sepultura digna”, imploró Víctor, con la voz entrecortada.
En Cañete, los vecinos y usuarios en redes sociales se han unido al pedido de ayuda, difundiendo mensajes de solidaridad. La esperanza sigue viva, aunque el dolor de la familia Lupuche crece con cada día que pasa sin noticias. Porque, en el mar de Cañete, aún falta uno por volver a casa.
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