Como si la pandemia del COVID-19 ya hubiera pasado, cincuenta personas, treinta de ellas menores entre 14 y 17 años, fueron intervenidas en una fiesta, en pleno toque de queda, que se realizaba en una vivienda con fachada de dulcería, en el Callao. Los padres de los adolescentes llegaron al lugar y algunos de ellos los ayudaron a escapar para evitar ser llevados a la comisaría y ser multados.
La intervención estuvo a cargo de serenos de la Municipalidad Provincial del Callao y personal policial que se dirigieron hasta la vivienda ubicada en la urbanización Tarapacá alertados por los vecinos.
Ante la presencia de las autoridades, organizadores de la reunión trataron de excusarse indicando que era una fiesta infantil. Sin embargo, la realidad era otra. Los asistentes que estaban en el primer nivel, ante la diferencia numérica, escaparon lejos de aceptar su irresponsabilidad.
Los menores llamaron a sus padres e inmediatamente llegaron al lugar. Los efectivos invitaron a los presentes a abandonar la vivienda para que sean trasladados a la comisaría y cuando estaban en la puerta escaparon apañados por sus progenitores.
Veinte de los menores y diez adultos fueron conducidos a la comisaría del sector donde les impusieron la respectiva multa. Así también, la comuna multó al dueño de la vivienda con 1 UIT (S/4,300) por realizar actividades sociales en horario restringido durante el estado de emergencia nacional.
Algunos vecinos lanzaron insultos al personal municipal por su labor fiscalizadora durante la emergencia sanitaria.
La gestión del alcalde Pedro López Barrios ha intensificado el patrullaje nocturno para identificar “Fiestas COVID” e imponer el principio de autoridad para proteger la salud de la ciudadanía.