
El espectáculo que prometía una noche de música y alegría terminó en caos y desesperación. El concierto del grupo Agua Marina, realizado en Chorrillos, se vio interrumpido por una balacera que dejó cinco heridos, entre ellos Percy Nolasco, un vendedor que trabajaba en el lugar y que vivió los momentos más angustiantes de su vida.
“Yo estaba en mi turno vendiendo cerveza cuando empezaron los disparos. La gente se tiraba al piso, corría desesperada. Fue una ráfaga que no me dio tiempo ni de reaccionar”, relató aún conmovido el hombre, quien fue alcanzado por un proyectil en la espalda.

Según su testimonio, la bala le rozó el dorso y le provocó una fuerte quemadura. “Sentí un golpe, una quemazón horrible. Pensé que la bala me había entrado, me tocaba para ver si sangraba, pero no podía ni moverme del dolor”, contó. Sus compañeros lo auxiliaron y lo trasladaron al Hospital Casimiro Ulloa, donde fue atendido de inmediato.
“TODO ERA GRITOS Y DESESPERACIÓN”
El hospital confirmó que el paciente, identificado por las iniciales P.J.N.C., ingresó a las 11:30 p. m. del 8 de octubre con una lesión leve por arma de fuego en la espalda. Los médicos señalaron que su condición era estable y que no fue necesario operarlo. Fue dado de alta durante la madrugada del 9 de octubre, con todos los gastos cubiertos por el Seguro Integral de Salud (SIS).
Percy narró que se encontraba a unos 40 o 50 metros del escenario, en la zona VIP, cuando escuchó las ráfagas. “La gente gritaba, las madres de familia buscaban cubrir a sus hijos, todos se tiraban al suelo mientras seguían los disparos”, relató.
Intentó buscar refugio pese al dolor. “Fue un desorden total, todos querían escapar, se tropezaban entre sí. Yo con el dolor encima traté también de cubrirme, pero ya el dolor era tanto que me salí del tumulto a buscar a mis compañeros”, recordó.
Durante la entrevista, el trabajador explicó que fue auxiliado por sus colegas, con quienes se encontraba vendiendo cervezas en el evento. “Todos fuimos compañeros de trabajo ahí, yo estaba en mi puesto, y ellos me ayudaron a salir”, explicó.

“YA NI SE PUEDE TRABAJAR TRANQUILO”
El testimonio de Nolasco, recogido por 24 Horas, revela el nivel de pánico que se vivió aquella noche. “Había chicas, madres de familia, gente adulta… todos gritaban, se tiraban al piso, pero seguían disparando. Fue una desesperación tremenda”, expresó.
El trabajador también manifestó su preocupación por la inseguridad que afecta incluso a quienes solo buscan ganarse el sustento diario. “Ya ni se puede trabajar tranquilo. Nosotros solo buscamos ganarnos el día, pero ahora da miedo. Aun así, hay que seguir adelante”, dijo con resignación.
Pese al impacto que sufrió, Percy Nolasco asegura sentirse agradecido por haber sobrevivido. “Gracias a Dios y al seguro me atendieron rápido”, señaló, al recordar que fue dado de alta pocas horas después del ataque.
Hasta el cierre de esta nota, las autoridades continúan investigando la procedencia de los disparos y buscan identificar a los responsables del atentado que convirtió una noche de cumbia en una jornada de terror.

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