Se mudó para huir de los sicarios y estos lo encontraron. El joven venezolano Jordan Gabriel Morales Iriarte (28) fue asesinado de 17 balazos por dos desconocidos, que también serían venezolanos, en una vivienda donde venden pollos broster, en

A las 8 de la noche, la víctima, degustaba un platillo de pollo broster, en el frontis de una casa en el pasaje Los Jazmines, asentamiento humano Los Libertadores, cuando los sicarios se pararon frente al negocio y lo atacaron ferozmente. Testigos del hecho tuvieron que correr para evitar salir lastimados.

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La víctima, que era mecánico y vivía a unas cuadras del lugar, murió instantáneamente. Sus parientes bajaron de su casa y protagonizaron fuertes escenas de dolor. Según informaron algunos allegados al extranjero, había llegado a vivir hace dos meses a dicho sector, escapando de sus verdugos.

Los peritos de criminalística y policías de la División de Investigación de Homicidios de Dirincri, llegaron al lugar para hacer las diligencias de rigor. En la escena se encontró 17 casquillos de bala.

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Lo matan por ajuste de cuentas

Lo citaron para desaparecerlo. Delante de su esposa, el a una cuadra de la comisaría de Vitarte, en

Antonio Esteban, salió hace un mes del penal de Cañete. Recibió una llamada de su esposa y ella lo citó. Él acudió a la cita pactada al parque 26 de mayo, conocido como ‘La Culebra’, entre la avenida 26 de mayo y Central. Conversaron unos minutos y se sentaron en la banca del parque.

De pronto, aparecieron dos motos lineales con cuatro ocupantes. Dos de ellos se bajaron y le dispararon cinco veces al desafortunado hombre que corrió unos metros para escapar de los sicarios, pero cayó cerca del parque. Allí fue rematado de otros 25 balazos por los desconocidos, que se cree que son venezolanos. Todo el terrible ataque fue delante de la esposa de Esteban Borja, que sospechosamente salió ilesa del ataque.

Según información policial, Esteban Borja y su esposa laboraban desde hace muchos años en el cobro de cupos a las meretrices de la zona de Ceres. Fue detenido por policías de Dirincri por este delito y encarcelado. En aquella oportunidad fue detenido con su hermana y otra mujer. A ellas se les acusaba de realizar el cobro de 30 o 40 soles a cada mujer, sobre todo a menores de edad, y él era el encargado de amenazarlas y hasta golpearlas si se negaban a dar su ‘cuota’ diaria a las féminas.

Ida Huaringa, le realizó una prueba de embarazo (muestra de sangre Beta HCG) a una paciente de 28 años y luego le suministró una inyección intramuscular. Finalmente le recetó pastillas para regular la menstruación. Instantes después, las brigadas de policías cercaron el local y la intervinieron.

Hace un mes recobró su libertad y quería volver a trabajar en la zona de Ceres. Se teme que una mafia de venezolanos estén detrás del ataque a balazos que le provocaron la muerte.

Su esposa, madre de su hijo, será interrogada como testigo del ataque por los policías de Depincri Ate-Santa Anita. Los agentes analizan los videos de las cámaras de seguridad de negocios cercanos para poder identificar a los autores del atroz crimen cometido nada menos que a unos metros de la comisaría de Vitarte.


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