En una impresionante persecución policial, policías tránsito, Depincri Ate-Santa Anita y serenos de Ate, atraparon al venezolano Jonathan Valderrama Soto (22), por asesinar a balazos a Johnny Quispe Lapa (49), y herir a balazo a un joven repartidor de delivery y dos serenos, en el distrito de Ate.
A las 7:30 de la noche, el extranjero bajó de una moto lineal, y atacó a quemarropa a Johnny Quispe, entre la carretera central y prolongación Javier Prado. Luego fuga con su cómplice, a bordo de una moto lineal rumbo al estadio Monumental.
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“Se inicia la persecución en la que participan policías de tránsito, serenos de Ate rumbo por toda la prolongación Javier Prado (Estadio Monumental) y se activa el ‘Plan Cerco’. Uno de los delincuentes dispara a un trabajador de delivery, le roba la moto y huye. Allí los serenos de Ate, del grupo ‘Ninja’ los atrapa”, dijo Ciro Alegría, Gerente de Seguridad Ciudadana del municipio de Ate.
El cómplice que escapó en una motocicleta realiza disparos a los serenos de La Molina y hiere a dos agentes. Finalmente escapa.
Jonathan Valderrama Soto (22), quedó detenido en el jardín. Tenía en su poder una pistola y un revólver. Además este sujeto llegó hace 18 meses al país en forma ilegal.
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Los heridos fueron trasladados al hospital de Vitarte.
El detenido fue derivado a la sede policial de Depincri Ate-Santa Anita. Johnny Quispe, murió cuando era auxiliado al hospital. Este tiene antecedentes por tentativa de homicidio y hurto agravado.
La mujer relató a la policía que uno de los sujetos la abrazó y empezó a golpearla para arrebatarle su cartera con dinero y celular. La arrojaron hacia una carreta de un comerciante y se apoderaron de sus bienes. Luego escapó con su cómplice en un mototaxi azul.
Ella denunció el hecho a la comisaría de Huaycán y los policías buscaron a los sospechosos y los atraparon en el mototaxi de placa 9832-0B en la zona Q UCV 197. Ambos fueron reconocidos por la agraviada que los denunció.
El joven acuchillado y asesinado por el parque Solidaridad, en Ate, es Diego Carrión Pezúa (27), era estudiante universitario y trabajaba para ayudar a su familia.
Su familia lo identificó horas después en la Morgue Central de Lima. “Le faltaba un año para que termine sus estudios de administración de empresas. No debieron matarlo. Si acaso herirlo, pero dejarlo vivo. Era un chico tranquilo, estudioso y trabajador. Lo querían asaltar y trató de defenderse a pedradas”, dijo una pariente.
Del presunto autor del hecho se supo que fue liberado.
Como se recuerda, el joven se desplazaba por la calle Manuel Odria cuando tres delincuentes salieron al encuentro y lo persiguieron. Uno de ellos intentó asaltarlo y el muchacho agarró varias piedras para defenderse. Otro de los asaltantes sacó un cuchillo de sus prendas de vestir y lo atacó varias veces. Finalmente él y sus cómplices escaparon.
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