No tenían reparos en usar a sus hijos para delinquir. Los esposos Segundo Seminario Veliz (40) y Diana Paola Taya Aquino (35), usaban a sus pequeños de 1 y 3 años para salir a robar autopartes de autos, en Ate. Junto a ellos fueron intervenidos el hermano de él y un adolescente de 17 años. Dentro de un maletín materno se encontró seis ‘peines’ dentro de los pañales.
El coronel PNP Carlos Alcántara, jefe de la División Policial Este 2, informó que varios miembros de la familia salían a bordo de un auto y ocultaban la herramienta conocida como ‘peine’ en los pañales de los niños.
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“Aparentemente era una familia que regresaba de pasear. Pero las cámaras de videovigilancia del distrito de Ate, los grabó cuando cometían el acto delictivo y se dio aviso a los policías de la comisaría de Vitarte, cuyos agentes los atraparon en el auto de placa BKY-062 en el que se halló diversas herramientas. También fue intervenido Edwin Seminario Veliz, hermano de Segundo y el yerno de la mujer, de apenas 17 años. Oculto en los pañales se hallaron las herramientas conocidas como ‘peines’”, sostuvo el oficial de la policía.
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Segundo Seminario, tiene requisitoria vigente por el delito de Resistencia a la Autoridad y Peligro Común. Diana Taya, tiene antecedentes por robo. Su cuñado Edwin Seminario, tiene antecedentes por hurto agravado. El menor tiene denuncias por receptación.
Padre de familia que botaba meretrices fue asesinado por proxenetas
¡Despiadados!. Consideraron que era un estorbo para sus propósitos y lo eliminaron. Dos sicarios, que tendrían menos de 20 años, asesinaron de 11 balazos a Víctor Percy Yengle Obeso (42), por luchar contra la prostitución callejera que se había apoderado de su barrio e incluso de un parque de juegos infantiles, en Ate.
A las 8 de la noche, Percy Yengle, salió de su casa, en asociación de vivienda El Porvenir, y se dirigió a la calle Mar de las Antillas, frente al parque de juegos recreativos, para esperar a su esposa que llegara de trabajar. La zona se había vuelto muy peligrosa por la prostitución callejera y por ello esperaba algunas noches a su amada.
Tres minutos más tarde, dos exuberantes extranjeras, pasaron cerca de él y le tomaron una foto sin que se diera cuenta. Luego una de ellas llama por celular a alguien mientras se alejan. Instantes después, dos sicarios bajaron de una moto lineal, caminan una cuadra y se dirigen a la esquina donde se encontraba su víctima.
Se colocaron frente a él y ambos desconocidos le dispararon a corta distancia. En total fueron 11 balazos los que acabaron con la vida del padre de familia, de una adolescente de 14 años.
El hombre murió instantáneamente. Sus familiares y vecinos enterados de lo sucedido, llegaron al lugar y protagonizaron fuertes escenas de dolor. “Él luchaba para erradicar la prostitución callejera. Peruanas y extranjeras se han apoderado de esta zona. Ya ni los niños pueden salir a jugar al parque porque está lleno de meretrices”, dijo indignada una moradora.