En menos de tres días, delincuentes ingresaron a una conocida cevichería, en Salamanca, Ate, y robaron desde laptops, bicicletas (para reparto de delivery), dinero y hasta se atrevieron a brindar con cervezas por todo lo que se robaban.
Jorge Avellaneda, padre de una conocida periodista televisiva, contó que en solo dos horas los rateros ingresaron dos veces a su local, ubicado en la cuadra 30 de la avenida Circunvalación, en Salamanca.
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“La madrugada del sábado fue el primer robo. Luego regresaron el lunes a las 11 de la noche y dos horas después, volvieron. En total robaron más de 8 mil soles, 4 bicicletas, 4 laptops, dos televisores de 86 pulgadas, licores finos, helados. Además brindaron con cervezas y comieron helados”, contó.
Indicó que el único sospechoso es un exempleado, al que despidió hace tres semanas por comportamientos indebidos. “La policía tiene todos los videos y la identidad de ese mal empleado, que es el único sospechoso”, dijo.
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Otro acto delictivo
Lo citaron para desaparecerlo. Delante de su esposa, el exreo Antonio Víctor Esteban Borja (47), quien sería cabecilla de la banda ‘Los Rufianes de Ceres’, dedicados al cobro de cupos a las meretrices menores y adultas, fue asesinado de más de 30 balazos por sicarios venezolanos a una cuadra de la comisaría de Vitarte, en Ate.
Antonio Esteban, salió hace un mes del penal de Cañete. Recibió una llamada de su esposa y ella lo citó. Él acudió a la cita pactada al parque 26 de mayo, conocido como ‘La Culebra’, entre la avenida 26 de mayo y Central. Conversaron unos minutos y se sentaron en la banca del parque.
De pronto, aparecieron dos motos lineales con cuatro ocupantes. Dos de ellos se bajaron y le dispararon cinco veces al desafortunado hombre que corrió unos metros para escapar de los sicarios, pero cayó cerca del parque. Allí fue rematado de otros 25 balazos por los desconocidos, que se cree que son venezolanos. Todo el terrible ataque fue delante de la esposa de Esteban Borja, que sospechosamente salió ilesa del ataque.
Según información policial, Esteban Borja y su esposa laboraban desde hace muchos años en el cobro de cupos a las meretrices de la zona de Ceres. Fue detenido por policías de Dirincri por este delito y encarcelado. En aquella oportunidad fue detenido con su hermana y otra mujer. A ellas se les acusaba de realizar el cobro de 30 o 40 soles a cada mujer, sobre todo a menores de edad, y él era el encargado de amenazarlas y hasta golpearlas si se negaban a dar su ‘cuota’ diaria a las féminas.
Ida Huaringa, le realizó una prueba de embarazo (muestra de sangre Beta HCG) a una paciente de 28 años y luego le suministró una inyección intramuscular. Finalmente le recetó pastillas para regular la menstruación. Instantes después, las brigadas de policías cercaron el local y la intervinieron.
Hace un mes recobró su libertad y quería volver a trabajar en la zona de Ceres. Se teme que una mafia de venezolanos estén detrás del ataque a balazos que le provocaron la muerte.
Su esposa, madre de su hijo, será interrogada como testigo del ataque por los policías de Depincri Ate-Santa Anita. Los agentes analizan los videos de las cámaras de seguridad de negocios cercanos para poder identificar a los autores del atroz crimen cometido nada menos que a unos metros de la comisaría de Vitarte.