Cuando el penal de Challapalca cierra sus pesadas puertas tras uno de sus internos más peligrosos, el país se queda con una amarga sensación de impunidad. Jhon Smith Cruz Arce, más conocido como ‘Jhon Pulpo’, dejó la prisión el 15 de julio, ocho años antes de cumplir su condena por homicidio calificado. No fue por un indulto ni por una revisión judicial de fondo: salió gracias a un sistema que permite redimir penas con trabajos manuales y estudios. En su caso, entre cerámicas de papel mojado y cursos dentro de su celda.
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En un video difundido por el programa Punto Final, se le ve mostrando orgulloso una de sus supuestas ‘obras’: “Este dibujo... también hago de todo. Todo lo que se puede para poder solventar”, dice.
Jhon Pulpo: Alertan que estaría buscando fugar
Así, el temido cabecilla criminal, sindicado por la policía como líder operativo de una banda que sembró el terror en el norte del país, convenció a las autoridades de que estaba rehabilitado. El informe señala que acumuló más de 1900 días de labores dentro de diferentes penales, suficientes para reducir seis años de prisión.
TRABAJO MANUAL Y UNA OPORTUNIDAD LEGAL
La historia empezó a inicios del 2025, cuando ‘Jhon Pulpo’ presentó una solicitud para que se le reconociera la redención de su pena por los días trabajados en prisión. La respuesta inicial del INPE fue negativa. Entonces, Cruz Arce no se quedó de brazos cruzados: interpuso un habeas corpus exigiendo que se le aplique el beneficio del “dos por uno” (dos días de trabajo por uno de reducción). La Sala de Apelaciones de Tacna le dio la razón.
Pese a estar internado en un penal de máxima seguridad —donde no hay talleres formales ni espacios para zapatería o carpintería—, Cruz Arce acreditó haber realizado trabajos desde su celda: cerámicas artesanales, tallados y dibujos, reconocidos por el sistema penitenciario como válidos. Según la norma vigente en el momento de su condena (año 2008), estos oficios eran suficientes para acceder a beneficios penitenciarios, incluso en delitos graves como homicidio.
UNA FAMILIA CRIMINAL Y UN FUTURO QUE ASUSTA
La liberación de ‘Jhon Pulpo’ no es un caso aislado. Su hermano Nilton también está preso en Challapalca y podría beneficiarse del mismo mecanismo. Según información obtenida por el programa dominical, hay más de 250 internos considerados cabecillas que estarían próximos a solicitar la excarcelación por redención de pena. En varios casos, como en el de Cruz Arce, los fiscales no solicitaron prisión preventiva por procesos paralelos, lo que permite su salida legal aunque aún estén bajo investigación.
La familia Cruz Arce es bien conocida por la policía. Miller, el mayor, purgó condena por matar a un policía y hoy estaría en Chile. Nilton cumple una sentencia por violación. La hermana, Caterin, está en prisión preventiva por el secuestro de una universitaria. Y el hijo de Jhon, Johnson Cruz Torres, lidera una facción conocida como ‘Los Pulpos Nueva Generación’ desde el extranjero. Según informes, sigue vinculado al cobro de cupos, extorsión y hasta trata de personas.
Las autoridades ofrecen 500 mil soles por información sobre el paradero del delincuente Jhonsson Smit Cruz Torres.
EL REGRESO DEL PULPO
Hoy, ‘Jhon Pulpo’, considerado uno de los delincuentes más temidos del norte del país, está libre. Su liberación es legal, pero también polémica. La Fiscalía sostiene que, incluso desde prisión, seguía manejando zonas enteras del norte bajo amenaza y terror. Audios interceptados y reportes de inteligencia lo vinculan a extorsiones, secuestros y asesinatos. Sin embargo, no se logró consolidar las pruebas a tiempo, ni unir los más de 25 procesos fiscales que tiene abiertos en Lima, La Libertad, Puno y Tacna.
Ahora, con su excarcelación, se encienden las alarmas: ¿cuántos más podrán salir por la misma puerta? ¿Está preparado el sistema de justicia para reaccionar antes de que estas personas retomen el control criminal? La excusa de un dibujo, una cerámica o una ficha de asistencia a talleres podría ser la nueva llave a la calle… y al crimen organizado.
¿Redimido o reactivado? Esa es la pregunta que ronda a quienes conocen el prontuario del ‘Pulpo’. Su historia revela no solo la fragilidad del sistema penitenciario, sino también la necesidad urgente de unir esfuerzos entre fiscales, jueces y el INPE para evitar que los más peligrosos vuelvan a acechar desde las sombras.
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