El periodista Christopher Acosta se encuentra en su hora más difícil debido a que este lunes se realizará la lectura de sentencia de la querella presentada por el excandidato presidencial César Acuña en su contra por el libro “Plata como cancha”. A propósito del caso, recordamos la entrevista que le hicimos en febrero de 2021 a raíz de la publicación de su investigación. Lea con detenimiento.
Christopher Acosta ha labrado una investigación exhaustiva sobre la vida política y empresarial de uno de los hombres más ricos del país: César Acuña. Para ello ha hurgado entre sus excentricidades, como comprarse un terno de 39.000 dólares, hasta su modus operandi para solucionar sus problemas legales. Acuña, el personaje eje, es también uno de los candidatos presidenciales en estas Elecciones Generales de Perú en 2021. ‘Plata como cancha’ (editorial Penguin Randon House) ya está en todas las librerías. Conozcamos los entretelones de este trabajo periodístico hecho libro.
Es un personaje que me ha interesado particularmente, no de ahora, sino desde hace varios años. Yo inicié mi carrera periodística en Trujillo y pude ‘gozar’ a un César Acuña alcalde, que fue mi primer contacto con el personaje.
Me interesó desde un inicio cómo este hombre millonario se hace de la municipalidad, arrebatándole el poder político al APRA. Empieza a dar muestras de ser un político bastante peculiar. Pinta la ciudad del color de su partido, pinta el palacio municipal -que es patrimonio histórico del país- del color de su partido, empieza a dar una serie de muestras que me ponen frente a un personaje interesante. Es ahí mi primer contacto con Acuña, es cuando empiezo a investigar sus actos políticos.
Lo que cuenta el libro, más allá de sus declaraciones públicas, es cómo César Acuña termina cerrando de manera privada algunos acuerdos confidenciales, que si estas controversias se llevaran al Poder Judicial probablemente él las perdería.
Hablo, por ejemplo, del caso tan recordado del profesor Otoniel Alvarado, de quien se apropia un libro completo, cambiándole la portada e incluyendo su nombre. Es un caso que difícilmente lo hubiera podido salvar en la vía judicial y que lo obligó a llegar a un acuerdo económico ultra secreto y confidencial con el autor a cambio de una millonaria compensación económica. Así, el autor termina siendo silenciado. Otoniel Alvarado firma un acuerdo donde se le obliga a guardar silencio y no referirse jamás a la historia. Esta misma herramienta empieza a aparecer en diferentes momentos de la vida de César Acuña. Cuando le arrebata una universidad a su hermano (Virgilio), cuando tiene que cerrar un acuerdo confidencial con la exesposa, a puertas de la campaña electoral de 2016; cuando tiene que llegar a un acuerdo económico con el chofer que se había involucrado en el trasvase de un millón de soles para el partido político sin que se reporte a la ONPE.
Él encuentra en estos mecanismos secretos, confidenciales, la manera de solucionar sus problemas con la justicia.
Es algo que ha caído muy fuerte en Alianza para el Progreso. Más que una opinión, es una conclusión legítima. Si uno termina de leer el libro, sin el nivel de fortuna que tiene César Acuña muy probablemente haya sido sentenciado en uno de los tantos casos que se le ha abierto.
En España, por el tema de plagio en la tesis de doctorado, Acuña contrata al abogado de Lionel Messi para poder salir de un embrollo que lo implicaba directamente en una denuncia por apropiación de producción intelectual ajena para lograr su doctorado.
Yo no me imagino a un mortal como nosotros darnos esos lujos de contratar tamaños abogados, llegar a acuerdos millonarios confidenciales con sus víctimas, para poder salir bien parado con los atropellos que comete a lo largo de su historia.
Es una opinión, pero está sustentada en un proceder, en una conducta recurrente en la historia política de este personaje.
Lo primero que hay que decir, sin ánimos de spoilear, es que en el libro encontrarán los orígenes familiares de Acuña, que no era tan de pobreza extrema como inicialmente él nos ha vendido. Su padre era un gran comerciante.
Cuando César Acuña funda sus universidades, encuentra un contexto político y administrativo bastante favorable para el florecimiento de sus universidades. Primero, un Estado absolutamente ausente para la supervisión de la actividad universitaria, hablamos de los años 90. Además, una serie de beneficios tributarios que brinda la SUNAT, que contribuyen a este despegue monumental que tienen sus empresas.
Creo que ni César Acuña tiene idea de la cifra exacta de cuánto asciende su fortuna y su patrimonio. La cifra de los cuatro millones de soles al mes, que es unos 150 sueldos mínimos por día, proviene de su declaración jurada. Él declara ingresos por 56 o 57 millones de soles anuales ante el Jurado Nacional de Elecciones cuando postula en el 2016. Y esos son los ingresos, digamos, probablemente públicos, porque Acuña no solamente es dueño de la universidad, sino que es proveedor de servicios de la universidad.
Como cualquier hombre multimillonario, Acuña es un gran comprador de marcas de lujo. Puede pagar 39.000 dólares por un terno. O puede ir al Rolex Spain, en Madrid, pedir el reloj de Barack Obama y pagar 14.000 euros.
Él, en Perú, nos vende el personaje político austero. Alguien con la cantidad y la magnitud de su fortuna se da grandes lujos. Más allá de esa imagen que nos vende, es un comprador compulsivo de marcas de lujo.
Creo que ni César Acuña tiene idea de la cifra exacta de cuánto asciende su fortuna y su patrimonio.
Christopher Acosta
Primero, como una persona que busca reconocimiento. Ya está próximo a cumplir 70 años. A lo largo de su vida siempre buscó ser reconocido, lo ha conseguido a nivel empresarial, pero él cree que a nivel político el Perú se merece un presidente como César Acuña. Esta es la última vez que lo va a intentar, porque las fuentes del partido nos cuentan que el siguiente candidato sería Richard Acuña.
También creo que es una persona que siente que las reglas pueden saltarse y que uno en el camino puede arreglar lo que ha hecho, en su caso con su fortuna. Esto te va describiendo un personaje con muy pocos escrúpulos, que piensa que puede estar sobre las normas, porque sabe que luego puede solucionar de manera privada, sin el sistema judicial, la que está hecho básicamente para los pobres, para los mortales.
En fiscalía hay muchos casos abiertos, no solo que provienen de su gestión pública, hay gente que le ha denunciado por diferente delitos, desde sus relaciones sentimentales, hasta temas de controversias como el plagio, apropiación intelectual. Hay un ‘rosario’ de casos pendientes de resolución en el sistema formal de justicia del país.
Mas bien, yo animaría a la gente a hacer un cálculo. Dividir lo que Acuña invierte en sus campañas, entre el número de votos que consigue. Entonces podremos saber si es rentable la operación, porque Acuña -no lo digo yo, hay un estudio previo ‘Becas, bases y votos’ (Rodrigo Barrenechea)- tiene el voto más caro del Perú. Es el partido político al que le cuesta más conseguir un voto, si lo comparas con otros partidos, que con la mitad o un tercio del dinero que él invierte consiguen mejores resultados nacionales.
En fiscalía hay muchos casos abiertos, no solo que provienen de su gestión pública, hay gente que le ha denunciado por diferente delitos
Christopher Acosta
Solamente un dato, para hablar de una de las empresas de César Acuña, la universidad César Vallejo tiene activos valorizados por 1.500.000.000 (mil quinientos millones) de soles. Si es que en algún momento se le ocurre vender esa empresa, costaría esa cifra. Creo que ni siquiera él tiene claro cuál es el nivel de la fortuna que posee, porque son números que se actualizan mes a mes.
Una de las características más importante del personaje son sus frases, que luego se vuelven memes. Acuña tiene especial talento para crear frases rebuscadas, algunas complejas. Hay una en el libro, sobre el plagio: “que mi nombre aparezca en la portada no quiere decir que yo sea el autor del libro”. Es la marca personal del candidato, las ‘acuñafrases’.
Son varios casos de los que logra zafarse a raíz del acuerdo privado, confidencial, con cláusulas de silencio para los compensados. A cambio de estas millonarias compensaciones, él logra cerrar casos o hacer que sus agraviados se inhiban de seguir adelante en la fiscalía y el Poder Judicial.
Si tú o yo cometemos un delito, como apropiarnos de un libro, lo más probable es que perdamos el juicio. No ocurre para gente que tiene el nivel de dinero de César Acuña.
Tiene un equipo de fútbol, canales de televisión, hay una sede de la UCV College en Miami (Estados Unidos). Los hijos son parte de una serie de emprendimientos en rubros educativos, agencias de comunicación.
La fortuna es amplia y las propiedades también, en España se compró una casa en el barrio de los jugadores del Real Madrid. Es un gran hincha del Real Madrid. No se pierde las finales con el Barcelona. Él decidió comprarse una casa en el barrio de Luka Modric, Sergio Ramos, Marcelo Vieira. Puede hacerlo. No es algo criticable, pero sí te pinta este personaje que quiere ser, que quiere estar, que siente que se merece -por todo lo que ha conseguido- darse ese tipo de gustos de un millonario de clase mundial.
“En el libro encontrarán no solamente el retrato de un hombre que quiere ser presidente, sino que está dispuesto a serlo cueste lo que lo cueste. Si es que hay arreglar, compensar a una persona, para que secretos importantes no llegue al ojo público, lo va a hacer. Es un retrato importante de alguien que está dispuesto a ser presidente cueste lo que le cueste. n algunos casos, yendo por fuera de la normal”.
‘Plata como cancha’, el libro sobre César Acuña, escrito por el periodista Christopher Acosta, ya se encuentra el librerías y en sus respectivos servicios de delivery. Irá a una segunda reimpresión tras agotarse la primera en pocos días.
En Trome seguiremos entrevistando a autores que nos ayuden a comprender mejor nuestra realidad. Por ejemplo:
Contenido GEC