Por: Tania Bautista y Guisella Lachira
Piura está sumergida en la desgracia. Ya nadie piensa en sus muebles, sus camas y demás enseres que han quedado en el fango. Lo más importante es la vida y por eso salen como pueden, con ayuda o sin ella. Pero hay muchos, incluso niños, mujeres embarazadas y ancianos, que siguen atrapados en las azoteas o en los techos aligerados de las casas.
El agua ha inundado no solo el Bajo Piura, sino también las zona media y alta. Son tres zonas bien definidas y con un declive pronunciado, pero las calles han funcionado como los huecos de una coladera.
La noche del lunes ha sido terrible. En los distritos de Catacaos, Cura Mori, La Unión y La Arena, más de 20 mil personas fueron rescatadas en balsas, colchones inflables y hasta tablas hawaianas.
Varios bebés fueron sacados en tinas. Pero ayer aún había zonas alejadas y casi inaccesibles hasta donde aún no han llegado las unidades de rescate.
Del centro de Piura, donde el agua ha llegado hasta la plaza de armas, han sido sacados alrededor de 7 mil damnificados.
Los puentes ‘Cáceres’, ‘Independencia’ y ‘Sánchez Cerro’ fueron cerrados el lunes, pues el agua llegaba hasta las barandas. Ayer fue reabierto este último debido a que bajó el caudal.
El río Piura, el lunes tuvo un caudal que llegó a 3,500 metros cúbicos por segundo. El río Rímac, cuando causó desbordes, llegó a la Carretera Central y tumbó varias casas, apenas superó los 100 metros cúbicos por segundo. Eso nos puede dar una idea del daño que ha sufrido no solo el centro de Piura, sino también sus alrededores.
AYUDA
Es fundamental la labor de los escuadrones de rescate del Ejército, la Marina y la FAP, así como de la Policía Nacional y los bomberos, a los que se suma la ayuda extranjera.
Las personas atrapadas en las azoteas en Piura son rescatadas en botes tipo ‘Zodiac’ o cargadas por los héroes de uniforme. Se cuenta con helicópteros enviados por Colombia, pero aún no se pueden utilizar en las zonas más devastadas porque no tienen dónde aterrizar. Está llegando la ayuda de todos lados, hasta de zonas alejadas como el Cusco y Arequipa. También las cisternas, retroexcavadoras, volquetes y cargadores frontales enviados desde Lima. Pero por ahora lo apremiante es conservar la vida. Un lugar seguro, alimentos, agua y medicinas para las personas enfermas.