Un descubrimiento que ha dado la vuelta al mundo. Luego de que se diera a conocer el descubrimiento de los restos del Perucetus colossus en Ica, considerado hasta la fecha el animal más pesado de la historia de la Tierra, a manos de un grupo internacional de paleontólogos encabezados por el peruano Mario Urbina, son muchos los que se preguntan dónde pueden ver los fósiles.
Y es que, según las primeras investigaciones, el Perucetus colossus habitó hace unos 39 millones de años en el Eoceno medio, alcanzado unos 20 metros de longitud y cerca de 199 toneladas de peso.
Recuperar los restos de este animal prehistórico fue un trabajo más que complicado, según dijo Urbina en entrevista con RPP Noticias. Junto a su equipo, picaron las rocas alrededor de los fósiles “a mano” y en varias expediciones. Además, cada vértebra pesa alrededor de 150 kilos.
El siguiente paso es encontrar la cabeza fosilizada, lo que permitirá determinar de qué se alimentaba el animal.
De otro lado, el investigador peruano Aldo Benites-Palomino, de la Universidad de Zúrich (Suiza) y el Museo de Historia Natural (MHN) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, enfatizó para Andina que “este es nuestro regalo de Fiestas Patrias para el Perú, por eso decidimos llamarlo Perucetus colossus”.
¿Dónde ver los restos del Perucetus colossus?
Urbina detalló que los fósiles están expuestos en el Museo de Historia Natural, ubicado en la cuadra 12 de la avenida Arenales, en el distrito de Jesús María.
Este impresionante hallazgo tuvo su génesis en el 2013, cuando el paleontólogo Mario Urbina se encontraba buscando restos de cetáceos primitivos en la zona de Samaca, en el desierto de Ica. Encontró lo que serían las primeras vértebras de este animal, pero por sus particulares características, necesitó la ayuda de varios científicos para demostrar lo que sostuvo desde el primer momento: era un cetáceo desconocido y gigantesco.
“Los animales vertebrados tenemos un esqueleto compuesto de huesos, los cuales tienen dos regiones particulares: el hueso externo o cortical, depositado en láminas, y el hueso trabecular o esponjoso, que es menos denso. Mario encontró estos pedazos gigantes de hueso con un tipo de morfología que no se conoce en los seres vivos”, explicó a El Comercio Aldo Benites Palomino, paleobiólogo peruano que formó parte del grupo de investigación.
Se trata de huesos totalmente modificados en relación con los de otros animales, debido a que adquirieron una enorme densidad y un volumen descomunal. Algunos animales acuáticos poseen este tipo de características, pero se desconocía que habían alcanzado valores tan extremos. Tampoco se sabía que en el Eoceno, una época cálida del planeta, los mares podían proporcionar recursos suficientes para que evolucione un animal de la magnitud de ‘Perucetus’.
Para calcular las dimensiones de este animal, los investigadores tuvieron que crear modelos tridimensionales de cada uno de los huesos, utilizando un escáner láser. Esto, junto a una serie de análisis estadísticos, permitió estimar que el ‘Perucetus’ debió pesar, mientras estuvo vivo, entre 86 y 340 toneladas, dando como promedio 199 toneladas.