La emoción a flor de piel, los gritos de gol y el sentimiento de ‘ser peruano’ que se compartió y se disfrutó uniendo generaciones, hasta hacernos cantar incluso ya sin voz el ¡Contigo Perú!
La fiesta peruana que todos queríamos celebrar se vivió hasta con lágrimas en cada rincón donde estuvo un peruano. Y cómo no, si por fin la blanquirroja volvió a dejar sentado en un Mundial, con dos golazos , que ‘somos guerreros’ y que ‘Perú ha vuelto’.
El Mundial de Rusia 2018 nos llenó de ilusiones y aunque nos tenemos que ir no nos vamos con sabor amargo. La hinchada peruana –que siempre estuvo allí, alentando, vibrando, sufriendo pero apoyando- es la que junto a nuestra Selección merece cada momento de alegría del triunfo marcado hoy.
La Plaza de Armas de Lima retumbó de emoción no solo a ritmo de cajones peruanos sino con los saltos, cánticos y el griterío que tuvieron eco en el Damero de Pizarro.
Muchos vestían la camiseta blanquirroja. Algunos con sus mascotas, gorrito bicolor y escarapelas, agradecieron con cartelitos al 'Profe Ricardo Gareca' y también pedían que siga al mando de la selección. Inclusive varios venezolanos -que desde temprano vendían cafecito caliente para abrigar a la afición- se unieron como peruanos, contagiados de la emoción.
En parques, mercados, tiendas, puestos ambulantes … en todo lugar donde hubo un televisor o una radio, se congregaron peruanos para ver cada jugada de la Selección.
Los hinchas también celebraron en los centros comerciales donde la fiesta del fútbol se sigue disfrutando con atracciones y actividades mundialistas. Hasta en los buses, choferes y pasajeros iban escuchando cómo Perú, al inicio impreciso, iba ‘despertando’ poco a poco para imponerse frente a Australia. “¡Si no se se sufre, no vale! ¡Ay mi Perú!”, decían muchos.
Y ni qué decir de los hogares, donde hasta las ollas quedaron volteadas con tal de ver primero a la Selección. Los niños en los colegios también sabían que ‘¡Ganó Perú!’ y en las oficinas algún televisor y sin duda los smartphones fueron los aliados para no perderse este partido que hizo salir, por fin, el ansiado grito mundialero de gol. Y fueron dos.
Cánticos, saltos, besos, abrazos… el corazón que palpitaba cada vez más de emoción. Sabíamos que este tampoco iba a ser un partido fácil y el conmovedor triunfo peruano, que se hizo esperar 36 años, empezó a abrir el marcador con el derechazo de André Carrillo que, por supuesto, Ricardo Gareca también celebró.
Las atajadas de Pedro Gallese evitaron que el contrario acabara con nuestra emoción. Nuestro capitán, Paolo Guerrero, sentenció el triunfo de la bicolor con su remate de goleador histórico de nuestra selección.
Y cada uno, todo el equipo, dentro y fuera de la cancha, nos regalaron una despedida mundialista con honor, que costó y se sudó desde las eliminatorias para la clasificación. “Dios no nos olvida y es peruano”, dijo don Armando (79), en su casa, mirando el rostro de la hinchada en Sochi, a punto del pitazo final contra Australia.
SIN PASE A LA RABIA NI A LA DESILUSIÓN
Las posibilidades de gol que el arco nos negó contra Dinamarca y Francia, se redondearon hoy. El llanto de los jugadores también conmovió a la afición.
En el Centro de Lima, la blanquirroja recorrió la Plaza de Armas con un 'banderazo' de 40 metros de largo y una caravana de hinchas no detuvo su algarabía y realizaron un 'jironazo' al recorrer con cánticos el jirón de la Unión hasta la Plaza San Martín.
Y entre ‘ooolee’, se cantó a todo pulmón en el Estadio Olímpico de Sochi “¡Vaaaamos, vamos peruaaaanos, que esta nocheee tenemos que ganaaar…!”.
La fiesta bicolor no acaba hoy en Rusia y acá, en Perú, seguirá resonando el “¡Cómo no te voy a querer, cómo no te voy a querer, si eres mi Perú querido, el país bendito que me vió nacer!”.
"¡Gracias, Perú. Gracias, ‘Tigre Gareca’, gracias Selección!", son algunas de las frases en los mensajes que seguirán circulando en las redes sociales. (I. Medina)