. Una mujer emprendedora que nunca pierde la sonrisa, así es Carmen Reynaldina Álvarez Chino (43), quien trabaja como cocinera y confeccionista para sacar adelante a sus cuatro hijos. Una de sus últimas ocurrencias fue vender sus sabrosas papas rellenas vestida como la graciosa payasita ‘Sanguchita’ en Tablada de Lurín, en Villa María del Triunfo.

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Madre de familia vende papas rellenas vestida como payasita. Foto: Alan Ramírez
Madre de familia vende papas rellenas vestida como payasita. Foto: Alan Ramírez

En su barrio, es conocida por ser una mujer trabajadora y tener un carácter alegre y ocurrente. Por eso, sus vecinos no se sorprendieron al verla luciendo un traje multicolor y con su nariz de clown ofreciendo sus papas rellenas, las cuales vende a S/ 3.50.

Álvarez cuenta que este plato tienen generosas porciones de carne molida y están elaboradas con el estilo arequipeño. “Son sabrosas porque las aderezo con mucho amor”, cuenta la madre de familia. Sus principales clientes son mototaxistas y comerciantes del mercado de su barrio, a quienes visita a la hora del almuerzo para llevarle su papita rellena. “Carmencita, vende la papita bien grande y ya con eso no almuerzo”, bromea uno de sus vecinos.

Madre de familia vende papas rellenas vestida como payasita. Foto: Alan Ramírez
Madre de familia vende papas rellenas vestida como payasita. Foto: Alan Ramírez
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La madre coraje también prepara diferentes platos criollos y marinos, que vende también por delivery. “Trato de atender a todos, y cumplir para que puedan disfrutar de mis potajes”, cuenta. Pero además de ser una buena cocinera, también es una experta confeccionista, ella misma diseño todo tipo de ropa. Ahora esta emprendiendo en la ropa de bebé con su marca.

Sepa que:

Durante la pandemia, Álvarez confeccionó mascarillas y trajes de bioseguridad (mamelucos)

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Mamita coraje vende mascarillas y mamelucos. Foto: Fernando Sangama
Mamita coraje vende mascarillas y mamelucos. Foto: Fernando Sangama

“Muñeco, tengo aquí el regalo perfecto para la suegra: una preciosa mascarilla”, dice con voz pícara la payasita ‘Sanguchita’ cuando ofrece sus tapabocas y mamelucos en los mercados de Villa María del Triunfo. Detrás de esta carita pintada y traje multicolor está Carmen Reynaldina Álvarez Chino (42), quien antes de la pandemia se dedicaba a la costura. Como sus trabajos quedaron en stand by, ella buscó otra forma de generar un ingreso económico para mantener a sus cuatro hijos. Así surgió la idea de confeccionar prendas de bioseguridad.

¿A qué te dedicabas antes?

Soy costurera y confeccionó polos, shorts, casacas y camisas para diferentes colegios, pero con la pandemia me quedé en el aire.

¿Qué hiciste entonces?

Soy madre soltera, tengo cuatro hijos que mantener. Vi cómo la gente se desesperaba por comprar mascarillas, entonces decidí confeccionarlas con las telas que tenía en mi taller. Soy bendecida porque en poco tiempo recibí pedidos de 100 y 200 mascarillas.

¿También vendes mamelucos?

Sí, después de emprender con las mascarillas empecé a confeccionar mamelucos. Saqué los moldes de internet. Me ha costado muchas noches de esfuerzo levantarme nuevamente, mi motivación siempre han sido mi madre y mis hijos.

Ahora ofreces tus productos vestida como la payasita ‘Sanguchita’.

Sí, es una manera de alegrar a las personas. Sé que estamos pasando momentos muy difíciles y por eso trato de llevar un poco de felicidad.

Madre de familia se quedó sin trabajo como costurera y se reinventó en plena pandemia. Foto: Fernando Sangama
Madre de familia se quedó sin trabajo como costurera y se reinventó en plena pandemia. Foto: Fernando Sangama

¿No te dio un poco de vergüenza?

Aprendí a perder el miedo por completo, vender en los mercados mis mascarillas y mamelucos ha sido un reto para mí. Algunos vecinos me reconocen y me felicitan porque soy trabajadora y los divierto con mis ocurrencias.

¿Tienes alguna frase para vender tus productos?

A las mujeres les digo: ‘muñeca, llévate esta mascarilla que vas a lucir más linda’, y a los hombres: ‘si compras este mameluco se te notarán tus músculos’. Después de cada venta siempre les digo que hay que sonreírle a la vida.

Pero no siempre se puede estar feliz.

Todos tenemos problemas. Algunas personas no tenían para comprar mascarillas o mamelucos y los he regalado. Gracias a Dios no me falta comida y trato de ayudar siempre que puedo.

La payasita 'Sanguchita' llevó alegría en los mercados de Villa María del Triunfo. Foto: Fernando Sangama
La payasita 'Sanguchita' llevó alegría en los mercados de Villa María del Triunfo. Foto: Fernando Sangama

Con esta pandemia, ¿qué extrañas hacer?

Mi labor de social en los hospitales, albergues de niños, vasos de leche y asentamientos humanos.

¿Qué otras cosas haces?

También ofrezco shows infantiles virtuales con títeres y cuentacuentos como la payasita ‘Sanguchita’. Mi espectáculo es educativo porque mis muñecos están con mascarilla y trato temas sobre la prevención del coronavirus.


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