El reciente asesinato de Alfonso Lizano Hernández de 64 años a manos de su hijastro remeció a los peruanos. Y es que la frialdad y crueldad con la que Paúl Lizano Ramos de tan solo 19 años mató a su padrastro nos trajo a la memoria los casos más sonados de parricidio.
Por Kenyi Coba
Una simple discusión habría sido el motivo por el que Paul Lizano Ramos (19), acuchilló y mató a su padrastro la tarde del último miércoles, en Lurín. El rencor que tenía guardado el muchacho, también habría influenciado en su fatídica decisión.
Para la policía, este intercambio de palabras despertó la ira de Lizano Ramos quien asesinó con un cuchillo para pan cuando la víctima identificada como Alfonso Lizano Hernández (64), le reclamara a su porqué participó en el robo del celular a una de sus vecinas. Al ser capturado por los agentes de la Depincri Lurin, este confesó que le guardaba rencor por haberlo maltratado desde niño.
“Es el maltrato que me ha dado. No me ha dado buena educación, no pude hacer otra cosa que actuar y eso me llevó a liberar muchas cosas”, declaró fríamente al ser consultado por las cámaras de América Noticias.
Según la psicoterapeuta Lizbeth Cueva, esto se debería a la crianza que el agresor habría recibido desde pequeño donde no se habría sembrado la semilla de respeto y cariño hacia los demás.
“Es muy probable que no le hayan dado ese concepto de padre. Tal vez él (el detenido) tenía la expectativa del padre y el señor no la cumplió. Son muchos factores los que hubieron en esa relación, tal vez el muchacho tuvo otra expectativa y de un momento a otro, explotó”, señaló la psicóloga.
-Más casos-
Pero este no es el único caso de parricidio que nos puso la piel de gallina, pues el pasado mes de julio desde las alturas de Ayacucho llegó la noticia que tres hijos mataron a su mamá de 74 años, en un presunto ritual satánico pues aludían que la anciana estaba poseída.
El ‘ritual’ donde Teodora Quispe Ccrayllahua (74) fue acuchillada y desmembrada de sus entrañas y ojos, fue presidido por su hija Aurelia Condori Quispe (38), seguida de sus hermanos Percy (41) y Marcelina (46).
Los tres fueron detenidos por la policía y aseguraron que un demonio se apoderó de su mamá. Fueron internados en un penal y días después, Aurelia Quispe se suicidó. Hasta el momento, su muerte es un misterio.
Un caso muy parecido ocurrió en marzo, donde donde un menor de 15 años asesinó a su mamá por celos y ciertas diferencias que ambos tenían. El menor confesó a la policía que él fue el autor intelectual y material del crimen.
Fueron 33 cortes los que recibió Blanca Celi Hidalgo (55) por parte del adolescente, quien la ultimó dentro de la casa que compartían en la región Piura. Según familiares, el escolar le reclamaba a su madre por qué tenía que aceptar las invitaciones de sus pretendientes para salir.
“Aquí vemos que la falta de comunicación es uno de los factores que habrían motivado esto. Es muy probable que la señora nunca les explicó a sus hijos que quería retomar su vida amorosa”, comentó Lizbeth Cueva al ser consultada por el caso.
El 4 de abril de este año los limeños fuimos testigos de una terrible noticia. Un anciano de 75 años y su pareja de 42, fueron golpeados, torturados, asesinados y abandonados en un descampado de Carabayllo.
Se trataba de Samuel Mifflin Espinoza (75) y su esposa Irma Peralta Vásquez (42), quienes estaban maniatados de pies y manos y presentaban moretones en distintas partes del cuerpo y las cabezas cubiertas. Desde un primer momento, el hijo del occiso se convirtió en el principal sospechoso.
Tras una rápido operación, la policía capturó a Jack Mifflin Diaz (35) quien confesó que mató a su padre por el rencor que guardó contra él desde niño, pues aseguró que fue víctima de múltiples maltratos.
Junto a él, su madre Isabel Díaz Salcedo (56) y el sub oficial PNP Melanio Briceño Panduro (39), pareja actual de la mujer, también fueron condenados a prisión al ser acusados de cómplices del crimen.
Se trata de los parricidios más sonados en este año pero cabe recordar que años atrás Giuliana Llamoja, Marco Arenas Castillo y Elizabeth Espino, también ocuparon las páginas policiales por estos casos.
En 2010, Elizabeth Espino Vásquez (30), ‘Elita’; mató a su mamá para poder recibir una millonaria herencia. Ella actuó junto a dos amigos y hasta ahora se encuentra purgando condena.
El resentimiento por supuestamente no haber recibido cariño de niño, habría llevado a Marco Arenas Castillo (26) a asesinar a su madre adoptiva, María Castillo Gonzáles, y después quemarla en un descampado de Manchay.
Él actuó en complicidad con su enamorada Fernanda Lora Paz (22), en el crimen ocurrido el 5 de noviembre de 2013 dentro de una casa de La Molina.
Sin duda el caso más relevante es el de Giuliana Llamoja Hilares (31), quien en marzo de 2005 acuchilló más de 40 veces a su madre, María del Carmen Hilares Martínez (47), luego de tener una acalorada discusión.
Fue condenada a 20 años de prisión, pero en 2009 el Juzgado de Lima le otorgó semilibertad.
--Caso sin resolver--
Mención aparte tiene el caso de la empresaria Myriam Fefer, quien fue asesinada en el interior de su lujosa casa de San Isidro en agosto de 2006. Hasta ahora su muerte es todo un misterio pues el autor material, Alejandro Trujillo Ospina, fue capturado pero no reveló quién lo contrató para llevar a cabo el crimen.
Los hijos de la occisa, Eva y Ariel Bracamonte Fefer, se convirtieron en los principales sospechosos para la policía, motivo por el cual llevaron a la mayor de los hermanos a prisión, pero años después fue absuelta del crimen.
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