Los han remecido al mundo entero, incluido nuestro país. Se trata de ¡11,5 millones! de documentos donde aparecen los nombres de políticos, presidentes, empresarios, estrellas de cine y hasta futbolistas de todo el mundo, que compraron empresas offshore para, en su mayoría, evadir impuestos y ocultar fortunas.

La historia de estos reveladores documentos es de película. No solo se trata de la mayor filtración de documentos en toda la historia. También es, ante todo, una muestra de lo que es capaz el periodismo de investigación. En este caso de Panama Papers, cientos de periodistas de investigación de todo el mundo se unieron en conjunto sin celos por la primicia y la mayoría de ellos sin conocerse para descifrar los documentos y hacerlos públicos simultáneamente.

Por el lado peruano participaron IDL-Reporteros (que dirige Gustavo Gorriti), Convoca (de Milagros Salazar) y Ojo Público (integrado por jóvenes periodistas que tuve a mi cargo en la Unidad de Investigación de ‘El Comercio’, como Óscar Castilla, Fabiola Torres, Elizabeth Salazar y Nelly Luna).

Todo empezó hace un año cuando una persona anónima penetró en la base de datos del estudio de abogados Mossack Fonseca, que se encargaba de crear las empresas para sus clientes. Lo que sacó lo filtró al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), con sede en Washington DC.

Marina Walker, la jefa de redacción del ICIJ, convocó a unos 300 periodistas de todo el mundo afiliados a esa organización. Durante largos meses, como unas ‘hormigas’, los hombres de prensa trabajaron en 25 idiomas. Todos reportaban a Washington, al ICIJ, en donde periodistas experimentados y analistas de sistema procesaban la información.

El domingo 3 de abril, cuando todo estuvo listo, lanzaron la ‘bomba periodística’. Entre los peruanos han aparecido los nombres del banquero Francisco Pardo Mesones, Jaime Carbajal, Hernán Garrido Lecca (dos amigazos de Alan García) y reconocidos chefs. Aparecerán más, por cierto.

Los ‘Panama Papers’ también han sacado a la luz historias de ‘desamor’ de multimillonarios que escondieron sus fortunas para no compartirlas con sus esposas, ante un escenario de divorcio.

La más resonante es la del magnate ruso Dimitri Rybolóvlev, presidente del club de fútbol francés Mónaco y conocido como ‘El rey de los fertilizantes’.Dimitri usó una empresa offshore para comprar, guardar y ocultar obras de arte tasadas en US$650 millones, entre las que figuran frescos de Picasso, Modigliani, Van Gogh, Degas y Rothko.

El 2014, el ruso se divorció de su esposa Elena. La Corte de Suiza determinó que ella debía recibir US$4.500 millones. Dimitri apeló y la cifra bajó abismalmente a US$570 millones, lo que motivó el reclamo público de Elena. Los Panama Papers le han caído del cielo a Elena para sacarle el último dólar a Dimitri.

Como dice mi viejita Amelita, todo se llega a saber. Nos vemos el otro martes.

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