Una situación difícil de comprender. Feras Qubo es un ciudadano de origen palestino que llegó hace un año al Perú. Él dejó atrás su país por la terrible situación de conflicto y quiso emprender su propio negocio para enviar dinero a sus familiares.
Por eso, no se le ocurrió mejor forma que vender shawarma en San Juan de Miraflores. El extranjero contó que sus compañeros de refugio le ayudaron a armar un documento para la alcaldesa del distrito y poder tener el permiso necesario.
Sin embargo, los vecinos de la zona están en contra de que venda su producto. Según Feras Qubo, él siempre deja todo su espacio limpio para evitar problemas, pero las personas que viven cerca lo discriminan y le lanzan ofensas xenófobas por su origen.
"Vine a buscar una nueva vida por mi familia, por mis hijas que están esperando la ayuda. Quise poner un trabajo digno y le pedí apoyo a mis vecinos del refugio para que me ayuden con una carta para la municipalidad de San Juan de Miraflores, solicitando un permiso para poder vender shawarma. El personal de la municipalidad me ayudó y me vine a trabajar con mucho ánimo", explicó Feras Qubo.
El ciudadano palestino manifestó que apenas instaló su puesto el primer día de marzo, las vecinas empezaron a insultarlo y le hicieron las cosas imposibles, diciendo que esa zona no era para vender y que el permiso no era real. Incluso, lo calificaron de 'refugiado'.
"Una señora me insultó y me llamó 'refugiado', me dijo que me fuera a mi país. ¿Por qué vienes acá? No puedes trabajar en esta zona. Acá eso trae basura", explicó Feras Qubo.
Según el informe de Panamericana Televisión, el extranjero y su esposa tienen un permiso legítimo, pero son los vecinos de los alrededores que no quieren dejarlo trabajar. Por eso, se solicitó la intervención de la municipalidad de San Juan de Miraflores para poder mediar por el caso.