Ollantaytambo, la ciudadela inca en el departamento del Cusco, uno de los ‘52 lugares a visitar’ este año según el diario estadounidense The New York Times, no solo es un atractivo turístico, sino sobre todo un conjunto de impresionantes construcciones cargadas de historia.
Asentamientos del siglo V a. C., de comunidades agrícolas y ganaderas, fueron los primeros en la zona, donde siglos después se instaló un tampu, centro urbano con alojamientos, almacenes, un centro administrativo y un espacio ceremonial.
Todo cambió en el siglo XV, cuando la zona fue conquistada por el inca Pachacútec (1418–1471), quien destruyó las anteriores edificaciones y levantó la imponente ciudadela que, como centro administrativo y agrícola, hoy conocemos.
Desde Ollantaytambo se pasó a controlar el acceso al Valle Sagrado y en sus andenes y las laderas fértiles del valle del río Urubamba se domesticó por primera vez el maíz.
Tras la conquista española, Ollantaytambo se convirtió en centro estratégico militar para resistir a los invasores. Ahí, Manco Inca se rebeló y en la batalla de Ollantaytambo derrotó con su ejército indígena a los españoles. Luego, al abandonar Ollantaytambo y refugiarse en Vilcabamba, Manco Inca traicionado fue asesinado en 1541.
Datito
Algunas de las construcciones que hoy se pueden encontrar en Ollantaytambo son: el Templo del Sol, el Recinto de las 10 Hornacinas, los Baños de la Ñusta, el Inca Misana (un acueducto tallado en la montaña) y la Portada Monumental. En los alrededores de Ollantaytambo existen asentamientos de la cultura Huari (VII-XIII d.C.), como la fortaleza de Pumamarca.
MÁS INFORMACIÓN:
Escolar: ¿Qué encontramos en el Morro Solar de Chorrillos?
Túpac Amaru II y la rebelión indígena que inició la lucha contra el dominio español en Perú