La vida secreta de Oliver Sonne: Las pasarelas, su novia, la historia de amor de su abuela y la química con el hincha de la ‘Bicolor’

En el año que se estrenó ‘Barbie’, la selección peruana encontró su ‘Ken’. Joven, modelo, rubio, pero a diferencia del personaje, este juega al fútbol. Oliver Sonne acaba de cumplir 23 años y sus últimos meses han sido la película de su vida. El marcador derecho se unió a la ‘Bicolor’ entre papeles, valijas diplomáticas y pasarelas. Conozcamos entonces al nuevo ‘engreído’ de los hinchas que aguardan sus centros y proyecciones para vernos nuevamente en una Copa del Mundo en el 2026.

Este relato empieza al sur de Copenhague, capital de Dinamarca. En las calles de Karlslunde un pequeño corría detrás de la pelota mientras su madre, Anita Christensen, lo veía ir y venir. A miles de kilómetros de distancia, la selección peruana fracasaba en sus intentos de llegar a los mundiales de 2006 y 2010. Todo era tristeza aquí.

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En la casa de la familia Sonne no había interés en poner ningún canal que transmitiera fútbol de Sudamérica o noticias de Perú. Oliver empezó entonces a darse cuenta que el fútbol era algo más que una distracción y cuando tenía 18 años sonó el teléfono de casa. El histórico Olympique de Marsella quería hacerle una prueba, pero jaló más el país y el chico arregló con el FC Copenhague.

Ordenado, algo tímido para los discursos, disciplinado y con una sonrisa a flor de piel, Oliver también se ganaba los piropos de las chicas que desde la tribuna le hacían guiños en los duelos de divisiones menores. En ese momento, su posición era de volante mixto. Jugaba por el centro. La recibía y la pasaba bien. Entendía el juego.

A partir de los 20 años las cosas empezaron a moverse entre las canchas y los desfiles. Porque si los clubes tuvieron buen ojo con él, su tía Helena Christensen, ex miss Dinamarca 1986 y top model de Victoria’s Secret, le vio ‘pasta’ de modelo y lo que empezó con simples fotos en casa, pasó luego a catálogo y tras a ello a pasarelas.

Estamos en el 2017, y mientras todo el Perú se terminaba la cerveza por la clasificación al Mundial de Rusia 2018, en Europa, Oliver Sonne se lanzaba de lleno a compaginar los shorts y las camisetas con la ropa de marca en reconocidos festivales. Perdió los nervios, pisó firme y apareció en la Semana de la Moda en Nueva York para luego ser portada de “Vogue” y “Vanity Fair”.

No había estadio o evento donde sus padres Morten Sonne y Anita Christensen, y su hermana mayor Sarah-Sofie, lo acompañaran. Por un momento, Oliver pensó dedicarse exclusivamente al modelaje. “Empecé a creer que nunca llegaría al punto en el que podría convertirme en profesional”, dijo en julio de 2018 a CNN Sport.

Sin embargo, recibió distintos consejos, su club le autorizó siempre a asistir a desfiles y entonces llegó el bendito 2023. Allí, con camiseta del el Silkeborg IF, llegó la visita del seleccionador Juan Reynoso para charlar acerca de una posible convocatoria. “Siempre he sabido de dónde vengo, pero nunca había pensado que era una posibilidad ir al Perú y jugar por ellos”, declaró el jugador a Discovery+.

Oliver Sonne y la sangre peruana que corre por sus venas

Para que Oliver Sonne se ponga la camiseta nacional tuvieron que pasar muchas cosas. El tiempo, un romance, un encuentro. Su abuela Elsa Christensen nació en Perú y a los 18 años se fue para Dinamarca con dos familiares más. No sabía una palabra en danés y apenas su inglés era ‘masticado’. Desconocía cómo la era ciudad y qué le esperaba.

Su sueño: ser auxiliar de vuelo. Quiso el destino que una noche, en un club llamado Las Vegas, conociera al tipógrafo danés Flemming Christensen. El ‘flechazo’ fue instantáneo. Charlaron toda la noche y nunca dejaron de verse. Llegó el matrimonio, los hijos y una de ellas fue Anita quien luego dio a luz a Oliver Sonne. De niño, el ahora jugador probaba potajes peruanos en casa de su abuela.

Gracias a ella y a que no había jugado para la selección danesa, el jugador entró en la órbita de la selección peruana. Tras la conversación con Juan Reynoso, desde la Videna pidieron ayuda al gobierno para agilizar los trámites y el futbolista tuvo rápidamente su DNI y el Perú lo recibió con los brazos abiertos.

“Mi abuelita decía que la gente era muy amable y muy acogedora. Entonces, esperaba que la gente me mostrara mucho amor. Pero me sorprendió que hubiera tantos fans, especialmente en el aeropuerto, pero también en Instagram, enviándome mensajes de texto sobre lo mucho que quieren que represente a su país. Fue único”, expresó Sonne a la revista Cosas.

Suplente ante Chile y ausente contra Argentina, Sonne regresó a Dinamarca esperando ahora el llamado para jugar frente a Bolivia y Venezuela. Una de las más felices con esta aventura ‘bicolor’ del lateral es su novia danesa Isabella Taulund quien lo acompaña en cada paso de su carrera. Y ambos saben que el camino apenas empieza.

Somos la película. Tenemos nuestro ‘Ken’. Busquemos el glamour y el Mundial.

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