
A lo largo de estos meses, Trome recorrió el país para conocer a los ferreteros que edifican el progreso con sus propias manos. Así nació El Trome de la Construcción, una sección que cada martes llevó a las páginas de tu ‘diario papá’ —y también a su versión digital y redes sociales— las inspiradoras historias de valientes emprendedores que, con esfuerzo, perseverancia y mucha fe, levantaron sus negocios desde cero y hoy son orgullo de sus comunidades.
Uno de ellos es Leonardo, de Pachacámac, quien empezó a los 20 años sin experiencia ni referentes, pero con muchas ganas de salir adelante. “Gracias a Dios, con esto puedo darles mejor educación a mis hijos”, y reveló que el secreto detrás de sus ventas es la puntualidad.
En el Callao, don Luis nos contó que su primera ‘unidad de transporte’ fue una bicicleta con la que pedaleaba desde Las Malvinas llevando bolsas de cemento prestadas.

Don Sixto, en Villa María del Triunfo, también sabe de esfuerzo: comenzó en un local de 40 metros con una vitrina regalada y muebles hechos por él mismo. “La gente confía en nosotros porque cumplimos y entregamos productos de calidad”.
Desde Huaraz, Dante cambió una vida estable en una hidroeléctrica por el reto de emprender. “No sabía nada del negocio, pero los maestros me enseñaron”, dice con gratitud.
En Chincha, Néstor y su esposa transformaron la tragedia del terremoto del 2007 en una oportunidad. “Usamos el dinero ahorrado de nuestra boda para levantar el negocio”, recuerda.

Y en Huacho, Claribel siguió el ejemplo de su padre, maestro de obra. “Gracias a su apoyo, mi ferretería sigue creciendo”, comenta orgullosa.
Trome no solo compartió estas historias de éxito, sino que también ofreció herramientas útiles para enfrentar los desafíos del mercado y estrategias para impulsar las ventas, adaptadas a las necesidades reales de los emprendedores del sector. Porque detrás de cada mostrador hay personas que aprenden, innovan y no dejan de soñar.
Ellos, y muchos más, son la prueba viva de que la ferretería es un negocio para valientes: hombres y mujeres que no temen empezar de abajo y que, con el respaldo de Progresol, son verdaderos Tromes de la Construcción.

MÁS HISTORIAS DE LUCHA
Como los peruanos son full chamba y, pese a las adversidades, siguen abriéndose camino para mantener a sus familias, continuaremos buscando a los ferreteros más Tromes no solo de Lima, sino también del interior del país. Con sus memorias, estamos seguros de que serán ejemplos a seguir e incentivarán a otros a emprender, generar puestos de trabajo y promover la economía del país.










