
El reciente caso de una niña de 11 años que permaneció retenida durante dos días por Jonathan Laynes Moncada, de 39 años, al que conoció a través del videojuego Free Fire, ha generado alarma nacional.
El abogado penalista Roberto Miranda explicó que el hecho constituye secuestro, delito que, según el artículo 152 del Código Penal, tiene como sanción cadena perpetua cuando la víctima es menor de edad. “El tiempo de privación no importa, basta con que haya restricción de su libertad. En este caso, la sanción máxima corresponde porque el agraviado es una menor”, señaló.
El especialista aclaró que, aunque no se haya comprobado una agresión sexual, el solo hecho de retener a la menor configura el delito más grave. De encontrarse indicios de violación, el sujeto afrontaría dos cadenas perpetuas, que el Poder Judicial podría subsumir en una sola, revisable tras 35 años de cumplimiento efectivo.

Sobre el rol de los padres, Miranda advirtió que este caso debe servir como lección para evitar el uso descontrolado de aplicaciones y juegos en línea. “Los progenitores tienen el deber de cuidado. No se trata solo de restringir el celular, sino de supervisar la interacción de los menores en internet”, reflexionó.
Conversación con la familia
Por su parte, la psicóloga y psicoterapeuta Mayra Velásquez indicó que este tipo de sujetos presentan problemas de conducta y comportamientos agresivos sin identidad propia. “Pasan tiempo detrás de un perfil en una red social o un videojuego, que quiere aprovecharse de la inocencia de un niño”, alertó.
Recomendó reforzar la comunicación con los hijos, establecer horarios para el uso de dispositivos y vigilar los contactos virtuales. “Si los niños pasan mucho tiempo con el celular o tablet, quedan predispuestos a sufrir este tipo de contactos con personas que fingen otra edad. Es importante la comunicación”, concluyó.








