Muchos padecen al vivir en busca de alcanzar la aceptación de los demás para sentirse bien psicológicamente, tomar decisiones e incluso ser ‘feliz’. Eso lleva a que la persona se pregunte a cada paso si lo que hace o no hace gustará a los demás y, en casos extremos, desencadena que uno viva del qué dicen o podrán decir, incluso dando sin recibir nada a cambio.
Esa necesidad de aprobación se manifiesta, por ejemplo, en buscar siempre el bienestar de los demás, antes del propio; anteponer las necesidades de los demás a las propias, y estar dando sin algo a cambio.
Ante esa dependencia respecto a los otros, expertos aconsejan a uno darse valor a sí mismo, cambiar de paradigma (forma de ver el mundo), defender sus derechos y comenzar a anteponer sus necesidades a las de los demás, no postergarlas por los otros sin razón valedera o solo para contentarlos o por el qué dirán.
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Resucita tu dignidad
“Lo que dice la gente te dolerá hasta que tú recuperes tu autoestima. Ese día descubrirás que la opinión ajena no te hace el mercado, ni te paga la renta. Entonces, resucita tu dignidad, te das valor, y cantas tu nuevo himno: ‘¡Si quieren hablar que hablen, total... a quién le importa!’”, señala el psicólogo Ramón Torres.
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La necesidad de aprobación para ser feliz es una dañina forma de pensar que se origina en la niñez, cuando uno busca ser ‘bueno’ para contentar a los padres o sufre abandono de estos y cree que es su culpa.
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