En un taller ubicado en el paradero 22 de Las Flores, en San Juan de Lurigancho, fabricando carritos de niños para peluquerías, se encuentra Roberto Roque Escajadillo, un señor de 70 años, natural de Huánuco, quien es considerado por sus vecinos y todo aquel que lo conoce como la copia más fiel del histórico comediante cubano ‘Tres Patines’.
En diálogo con Trome, Roque Escajadillo recuerda que incursionó en el negocio de la venta de estos carritos debido a diversas circunstancias, como perder su empleo en la década de los 90.
“Yo era chofer profesional. Trabajé por años en el Banco Industrial, pero todo acabó cuando el expresidente Alberto Fujimori lo cerró, y en el año 91 me quedé sin trabajo. Sin embargo, me busqué la manera de recursearme y me dediqué a taxear, no caí en la desesperación, hasta que en el año 2000 empecé a fabricar estos carritos para niños, que vendo a las peluquerías”, nos dice.
“Yo de joven aprendí a soldar, y tuve un carro, por lo que aprendí de mecánica. Soldando y poniendo pernos se pueden hacer muchas cosas, y vi esta oportunidad de fabricar estos carritos”, agrega.
Sin embargo, Roque asegura que durante varios años, la gente que adquiría sus productos, así como sus vecinos, le decía que se parecía a ‘Tres Patines’, situación que ahora aprovecha para darle un plus a su negocio.
“La gente antigua, de mi edad, siempre me decía que me parezco a ‘Tres Patines’, y ahora, para ayudar a mi negocio, me he animado a imitarlo. Además, es una forma de seguir sobreviviendo, para reforzar el negocio, porque no hago shows en la calle, sino para vender mis carritos. No solo eso, creo que ser ‘Tres Patines’ es una forma de darle un poco de alegría a la vida y a los demás”, afirma.
No obstante, Roque nos detalla que detrás de su negocio y su imitación se esconde un deseo: Viajar a España para ver a su familia.
“Yo soy casado y tengo cuatro hijos, tres mujeres y un varón. Todos ellos ya están en España. Mi hija se fue en el año 97, y poco a poco se llevó a sus hermanos, y de ahí se llevó a mi esposa. Quiero recursearme para poder obtener el dinero y llegar allá para estar con ellos. No quiero ser una carga, porque en España la cosa no está muy bien tampoco, y como todavía tengo fuerzas, me la busco acá en Perú”, explica.
“No es mucho, al menos sale para comer”, remarca.
Finalmente, se pone en la piel de ‘Tres Patines’ y le da un consejo a la población: Nunca rendirse.
“No hay que perder la oportunidad. Hay veces en que nos llegan oportunidades un poco tarde, pero hay que seguir persistiendo. Si yo puedo hacer feliz a la gente como ‘Tres Patines’ en buena hora. La felicidad es algo bueno, y hay que compartirla, para así ser más felices”, puntualizó.
Roberto Roque también se animó a contar un par de chistes como lo haría el buen ‘Tres Patines’: “¿Por qué un peruano anda con orgullo con una cubana? Porque la cubana siempre le dice ‘cosa más grande’”, cuenta, soltando una pequeña carcajada.
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