Los muertos no descansan en paz. Familiares de la difunta Catalina Quispe Taca denunciaron que los restos y pertenencias con las que la mujer fue sepultada desaparecieron de su nicho del cementerio Central Laykakota en Puno, ellos exigieron una explicación a los funcionarios de la Beneficencia Pública de Puno, que administra este recinto. La Policía sospecha que los ladrones actuaron en complicidad con los vigilantes del lugar.
Según Percy Coronel, yerno de la occisa, personas extrañas habrían profanado el nicho y robado los huesos de Catalina Quispe, la madrugada del domingo último, pero lo extraño es que en dicho campo santo, en Puno, existe vigilancia permanente y el acceso es difícil.
“La familia está consternada. Cuando fuimos a visitar el nicho de mi suegra descubrimos que estaba roto, el cajón se encontraba fuera. Y algunos huesos estaban esparcidos en el lugar. No sabemos qué pasó, suponemos que los restos óseos de mi suegra fueron robados por profanadores de tumbas”, dijo Percy Coronel.
NO VIERON
Se supo que el mencionado cementerio es permanentemente vigilado, y según los denunciantes ninguno de los guachimanes de este cementerio de Puno se percató de la profanación. “No hemos visto nada, desconocemos en qué momento pasó esto. Y si entraron habrá sido trepando por una pared”, habría sido lo único que explicaron los vigilantes a los agraviados.
“Las personas que se encargan de cuidar y vigilar el cementerio se culparon entre ellos, cuando los enfrentamos. Y dijeron que las cámaras no grabaron nada porque esos días no hubo luz”, añadió el denunciante.
Posteriormente, agentes policiales de Puno constataron el hecho e iniciaron la investigación. Los agentes no descartan que los vigilantes estén involucrados en este lamentable hecho.