El presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Piura (CCPP), Javier Bereche Álvarez, recomendó que se adelante el inicio de las actividades en las empresas del sector público y privado de la región; con el objetivo de evitar aglomeraciones, despidos y la propagación del virus ante la llegada de la segunda ola de contagios por el COVID-19.
Como se sabe, Piura se encuentra en el nivel muy alto de alerta sanitaria, por ello, su nuevo horario del toque de queda regirá a partir de las 19:00 p.m. hasta las 4:00 a.m., y los domingos la restricción peatonal y vehicular será en todo el día hasta el 31 de enero.
Javier Bereche Álvarez, sostuvo que la tendencia es utilizar canales digitales, sin embargo, hay gestiones que aún son presenciales como algunos trámites bancarios, notariales, municipales y por otro lado la compra de artículos de primera necesidad. Por eso recomendó adelantar el inicio de las actividades desde las 7:00 a.m., evitando las aglomeraciones y asegurando los puestos de trabajo.
“No va servir de nada si unos adoptan esta medida y otros no. Por eso formulamos un llamado para que (las empresas) se sumen a esta iniciativa e inicien la atención en el mismo horario que podría ser las 7.00 a. m. como una alternativa para no frenar la actividad económica y asegurar la continuidad laboral”, sugirió.
El funcionario, detalló que el nuevo horario del toque de queda en la región, afectaría en un 25% los ingresos de las empresas. “Calculamos que las horas que se dejarían de laborar por el toque de queda y la inmovilización de los domingos generaría una caída en los ingresos de, aproximadamente, el 25 %”, refirió.
RESTAURANTES
Respecto a los restaurantes, el presidente de la CCPP, pidió hacer un esfuerzo por adaptarse a la nueva normalidad, y mencionó que los restaurantes deberían adoptar un nuevo modelo de negocio que comprenda una tienda virtual, pasarela de pagos o delivery para garantizar su sostenibilidad.
Por último el vocero empresarial indicó que poner en marcha esta iniciativa permitiría prevenir que se contraiga o propague el COVID-19, sin poner en riesgo la reactivación económica, ni provocar el incremento de la tasa de desempleo.
“La vida y la salud son primordiales. Tenemos que controlar la pandemia para hacer posible la reactivación y mejorar la calidad de vida de nuestra población”, finalizó.