De las aulas a la presidencia del Congreso. A mediados de los años 70 en una localidad de Cajamarca nació una pequeña que con el pasar del tiempo llegó a dirigir el Congreso de la República. Se trata de Mirtha Vásquez Chuquilín, quien a sus 46 años ha atravesado por distintas situaciones a lo largo de su vida.
En entrevista con este diario, la integrante de Frente Amplio revela detalles de su vida que son desconocidos por la opinión pública. Se trata de una profesora que creció en el campo visitando distintas localidades de Cajamarca junto a su padre quien era asesor de comunidades campesinas.
“Ser presidenta del Congreso es un reto interesante que vale la pena vivirlo. A veces, digo ¿Cómo he llegado hasta acá?, porque es un trabajo muy fuerte, pero también lo valoro. Eso no lo vive cualquier persona y es un regalo de la vida de darte esa oportunidad”, manifestó.
Mirtha Vásquez cuenta que durante su niñez siempre se caracterizó por ser súper tranquila y muy apegada a su papá, pues, su timidez no le permitía estar sin él. Ahora la gente se sorprende de verla y observar el gran cambio que ha tenido con el pasar del tiempo.
“No era el tipo de niña que gritaba, saltaba, siempre estaba al lado de mi papá con temor a que me pase algo (…) Él me intentaba sobre proteger, me engría y yo no quería hacer nada sin que él esté a mi costado”, asegura.
También recuerda que proviene de un hogar humilde donde sus padres trabajaban dictando clases en colegios de secundarios, mientras que ella junto a sus cuatro hermanos quedaban a cargo de una persona quien los cuidaba. Pese a no estar junto a sus padres durante largas horas, se las ingenió para ser muy disciplinada y cumplir con las tareas del su colegio.
Actualmente, sus padres, quienes son adultos mayores, la ven por la televisión (Congreso TV) y la llaman de vez en cuando. Esto ocurre cuando la notan cansada o preocupada. “Cuando era niña mi papá me decía ‘Mamita’ y hasta ahora lo hace. Su cariño sigue vigente como si yo no hubiera crecido”, indicó.
VIDA FAMILIAR
En la intimidad de su hogar ella junto a sus hijos de 9 y 7 años de edad disfrutan de bailar y cantar para relajarse. Además, indica que en su casa siempre escucha canciones de rock en español y de trova, sus favoritas. Los bailes de su tierra tampoco le son ajenos y disfruta practicarlos al igual que todo tipo de danzas.
Asegura que junto a su esposo Paulo Mejia han formado un hogar donde creen en la importancia del núcleo familiar. Es así que cuando ella asumió la presidencia del Congreso su compañero tuvo que tomar una drástica pero acertada decisión.
“Tengo que agradecer mucho a mi esposo, porque cuando asumí la responsabilidad de ser presidenta del Congreso, discutimos el tema de como vamos hacemos con el cuidado de lo hijos. Él es ingeniero agrónomo y trabajaba fuera (de Lima). Yo le propuse contratar una persona que nos ayudara (con los niños) pero el dijo: ‘no hemos tenido hijos para entregarlos a terceros. Tu no puedes cuidarlos, en este momento, entonces lo voy hacer yo”, sostuvo.
“Él tiene bien claro su sentido de responsabilidad (…) Él siempre lo dice con mucho orgullo: ¡Ahora, yo soy el encargado de la casa!”, agrega.
SU EDUCACIÓN
A los 5 años, Mirtha Vásquez ya leía y escribía cosas básicas, incluso antes de entrar a la escuela, esto debido a que su padre le enseñaba a través de recorte de letras en cartulinas. Con el pasar de los años esto le ayudó a conseguir diplomadas durante la primaria.
Su ingreso a la universidad fue repentino, pues, su padre le recomendó postular a la Universidad Nacional de Cajamarca, con la finalidad de que conozca como es un examen de admisión pero en ese intento ella ingresó. Era el año 1991.
Años más tarde, fue profesora de su casa de estudios. Inició en el 2005 como profesora invitada y desde el 2011 hasta antes de ingresar al Congreso fue docente nombrada por la Universidad Nacional de Cajamarca. La materia de su especialidad fue derechos humanos y derecho ambiental.
LABOR CONGRESAL
Como parte de su trabajo recuerda que el 23 de diciembre pasado, en el Pleno del Congreso, se analizaba la situación del paro agrario, un tema que la tuvo ocupada por muchas horas; sin embargo, tras la presentación de una cuestión previa pudo viajar a Cajamarca donde la esperaba su familia para celebrar Navidad.
Cuenta que el peor momento que atravesó durante su labor fue tras asumir el cargo de presidenta del Parlamento cuando se debatía la devolución de los aportes a la ONP y fue amenazada de muerte.
“En redes sociales vi que estaban pasando mi dirección para que la gente vaya a mi casa. Me puse nerviosa, estaba descontrolada sin saber que hacer. Empecé a llamar a la policía y a mi esposo, decirle que cuide a mis hijos porque la gente está yendo a la casa”, dijo.
Dentro de unos meses Mirtha Vásquez abandonará el Congreso y regresará a sus labores que realizaba antes, pues, indica que tiene muchos deseos de volver a la docencia universitaria e incluso a ejercer su profesión como abogada.
Minutos antes de finalizar la entrevista para continuar con sus labores congresales, Mirtha Vásquez dio unas palabras para las mujeres.
“Cualquier mujer puede lograr muchas cosas. Doy un mensaje a las mujeres de provincia que ven muy lejano crecer o asumir cargos de importancia (…) Mis habilidades son válidas como las de otras mujeres, eso nos ayuda a llegar a donde queremos “, sentenció.