La joven Diana Zavala, nacida en Trujillo (La Libertad), se ha convertido en una persona de gran ayuda para los pacientes que han sufrido derrame cerebral y que vienen recuperándose, pues, con su esfuerzo a través de la música entrega tranquilidad y relajación a quienes se encuentran en proceso de recuperación.
Ella recuerda que cuando tenía 13 años, una fiebre no le permitió inscribirse en el taller de teatro por lo que optó por matricularse en uno de guitarra descubriendo su pasión por la música y poco después acompañó a una de sus amigas en el canto.
“Investigué cómo la técnica de impostación puede contribuir a disminuir malestares foniátricos y trastornos de la voz. Fue mi primera aproximación a la gran mezcla entre arte y medicina. Bajo esa motivación, emprendí un viaje en busca del sueño de convertirme en musicoterapeuta”, señaló.
Años después y siendo licenciada en la carrera de música del Conservatorio Regional de Música del Norte Público Carlos Valderrama decidió obtener un crédito educativo para estudiar fuera del país una maestría que uniera a la música con la psicología y la medicina.
Allí le dijeron que tenía el perfil para postular a una beca y dos años después, regresó al Perú luego de graduarse con honores en la Universidad de Barcelona en el Máster de Musicoterapia, tras ganar en 2017 la Beca Presidente de la República del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec).
La joven ha realizado prácticas en España en el hospital Centre Forum del Consorci Parc Mar de Salut de Barcelona.
Estando en el área de neurorrehabilitación del nosocomio desarrolló una investigación sobre musicoterapia en rehabilitación de pacientes con post-ictus (derrame cerebral) donde pudo comprobar que las personas que antes no podían mover el cuerpo ahora lo hacían con una pulsera musical.
Actualmente creó su emprendimiento “Limbic Musicoterapia” para difundir la musicoterapia en el país.