¡Indignados! Así se mostraron decenas de personas de la ciudad de Huancayo tras el sanguinario asesinato de un carpintero de 70 años, que fue abordado por un ciudadano venezolano a pocos pasos de su casa para robarle su celular.
Según consignó la página de Facebook 'Radio Cinética La Oroya - Perú', los vecinos recorrieron las principales calles de la ciudad para identificar las viviendas donde se alojan los extranjeros y exigirles que abandonen el lugar. Inclusive, en algunos casos, ingresaban a las casas y sacaban sus pertenencias para quemarlas en la vía pública.
Tras la polémica, el gerente de la Municipalidad de Huancayo, Alberto Pérez Martel, se pronunció y brindó su respaldo a los manifestantes. "Quiero pedirles un poco de memoria y recordar cuando nuestro señor alcalde se pronunció de forma contundente en contra la presencia de esos malos extranjeros, muchos de los huancaínos, sobre todo los de la prensa, empezaron a criticarle. Diciendo que xenofobia y discriminación", indicó.
"Fue duramente atacado, incluso por la prensa nacional, donde los entrevistaron muchos programas y dijeron que el alcalde era un tipo que no tenía tolerancia. Entonces, frente a ello, el tiempo nos da la razón”, agregó según consignó La República.
Cabe indicar que el repudio contra los malos venezolanos detonó el último lunes, cuando se conoció el crimen de Félix Lara Solano de 70 años, un carpintero que fue asesinato en un intento de robo.
Todo ocurrió el último domingo a las 11 de la noche cuando el venezolano identificado como Gabriel Q. B. de 24 años interceptó al anciano a unos pasos de su casa para robarle su celular. Al poner resistencia, el extranjero lo apuñaló hasta matarlo.
Los vecinos se dieron cuenta del crimen y persiguieron al migrante, quien se escondió debajo de un patrullero de Serenazgo. Con piedras, palazos y hasta agua hirviendo, lograron sacarlo para tomar la justicia con sus propias manos.
Sin embargo, la Policía llegó para poner orden y trasladaron al delincuente a un centro de salud cercano, donde sus heridas fueron atendidas. Por su parte, otro contingente policial llegó hasta la vivienda del asesino, donde unas 70 personas los agredieron a pedradas y aseguraron que no había ningún extranjero en el lugar.