Un esfuerzo excesivo realizado cuando intentaba romper una piedra utilizando una comba, ocasionó un repentino dolor en el pecho del paciente. Foto: EsSalud
Un esfuerzo excesivo realizado cuando intentaba romper una piedra utilizando una comba, ocasionó un repentino dolor en el pecho del paciente. Foto: EsSalud

Cardiólogos del Hospital Adolfo Guevara Velasco y del Instituto Nacional Cardiovascular Carlos Alberto Pescheira Carrillo de EsSalud, en Cusco, lograron salvar la vida del ciudadano Gregorio Quispe Ariza, de 69 años, quien tuvo riesgo de ruptura de la aorta abdominal, la cual transporta sangre fuera del corazón.

De acuerdo con la entidad, el albañil quechuahablante -residente del distrito de Quilca- fue sometido a una operación de emergencia luego de sentir un fuerte dolor en el pecho tras hacer un esfuerzo excesivo cuando intentaba romper una piedra con una comba.

Debido a que comenzó a tener fiebre y convulsiones, su familia lo llevó al hospital, donde procedieron a realizarle una cirugía de reparación de aneurisma abdominal.

Tras una intervención sin complicaciones, el adulto mayor fue dado de alta después de 72 horas de ser operado. “Hemos visto con agrado que ha regresado [a sus controles post operatorios], caminando, tranquilo y sin mayores inconvenientes. Los aneurismas son muy peligrosos, de alta mortalidad, ya que si en algún momento se rompen, la muerte es inmediata, se actuó rápido”, detalló el director general del Hospital Adolfo Guevara Velasco, Julio César Espinoza Latorre

Procedimiento quirúrgico

El especialista precisó que, en el tratamiento de aneurismas abdominales, los médicos de EsSalud Cusco implantan endoprótesis endovasculares, en el interior de un vaso enfermo (aneurismático), sin necesidad de abrir quirúrgicamente el tejido circundante, a través de una pequeña incisión practicada en la zona superior de los muslos. Esto logra la creación de una nueva vía para la circulación sanguínea.

La operación de Gregorio Quispe duró tres horas y evitó que se agrave y llegue a necesitar una cama en cuidados intensivos. “Sentía como una especie de globo que me ardía, solo atiné a coger un paño húmedo con agua y me lo puse para calmar el ardor. Me dolía mucho y vibraba, sentía que algo dentro de mí se quería reventar, sentía hinchazón cerca del corazón”, contó.



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