Tras el repentino fallecimiento del alcalde de Cusco, Ricardo Valderrama Fernández, su féretro recorrió la Ciudad Imperial en un acto de homenaje póstumo, donde participaron autoridades regionales, efectivos de la Policía Nacional y el Ejército Peruano.
Ocurrió la tarde de ayer cuando el ataúd fue cubierto con la bandera del Tahuantinsuyo e ingresó en una carroza hasta la plaza Regocijo. Allí lo esperaban familiares y la alcaldesa encargada del Cusco, Romi Infantas.
“Fue una autoridad llena de carisma que gobernó con una gran responsabilidad e inmenso cariño a nuestra tierra; un verdadero demócrata y ejemplo de profesional que inculcó la defensa de sus costumbres y patrimonio”, indicó la joven autoridad.
Por su parte, la esposa Carmen Escalante Gutiérrez sostuvo la banda que empleaba el burgomaestre y besó las medallas conmemorativas del difunto. “Fue un ejemplo de servicio al pueblo, un gran ejemplo de trabajo, de entrega sin reservas... Ha dado su vida por el pueblo de Cusco. ¡Haylly Ricardo!”, exclamó la fémina notablemente afectada.
Minutos después, un banda musical tocó unas melodías frente al féretro, que partió a San Sebastián y luego a San Jerónimo, distrito en el que fue regidor y donde reposarán sus restos, en el cementerio general.
Asimismo, las pocas personas que caminaban por las calles también se despidieron de la autoridad. Se supo que el sepelio fue en estricto privado y bajo los protocolos sanitarios correspondientes.
Ricardo Valderrama dejó de existir la tarde del último domingo 30 de agosto a la edad de 75 años; además, será recordado por ser uno de los últimos intelectuales de esta ciudad, pues fue antropólogo y catedrático de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco.