Noble acción digno de imitar. Esto es lo que demostraron seis agentes de la Región Policial de Huancavelica que les nació del corazón más que solo cumplir con su servicio para el estricto cumplimiento del Decreto Supremo referente al Estado de Emergencia sobre la cuarentena del aislamiento social. Ellos llevaron víveres a una octogenaria que vive sola pero se conmovieron por la extrema pobreza y abandono en que vive y terminaron preparándose su almuerzo y su cena y ella lloró de emoción por la ayuda que le brindaron.
Este acto de corazón ocurrió en el sector Santa Barbara. Los efectivos fueron alertados por los vecinos que una anciana la estaba pasando mal por estos días del aislamiento social y que no podía salir a buscar alimentos que le brindan por caridad los pobladores ya que todos los negocios estaban cerrados.
Los custodios subieron hasta la parte alta de un cerro llevando bolsas con arroz, pollo, atún, arroz, aceite y otros productos de primera necesidad y así llegaron hasta la precaria vivienda de la anciana identificada como Severina Quispe Carhuapoma (82).
Uno de los efectivos se comunicó con la anciana en quechua y le comunicó que le habían llevado algunos productos. La mujer no pudo contener su emoción y lloró.
Luego, cuando Severina Quispe ingresa para llevar sus productos y guardarlos, los agentes se conmovieron por la situación en qué vive y sola. “Te vamos a venir a ayudar siempre”, se escucha decir a uno de los efectivos que seguro no podía creer cómo una mujer en esa avanzada edad podía vivir sola y en ese extrema y lo más seguro es que pensaba en su madre.
Los policías se dieron cuenta que la lluvia pasaba por su techo. Así también que no tenía baldes para traer agua de la parte baja. Los custodios hicieron un alto a su labor y acudieron por agua y repararon en algo el techo. Luego, en una improvisada cocina a leña de la anciana, le prepararon su almuerzo y también le dejaron hecha la cena. Inclusive, le compraron algunos utensilios de cocina porque los que ella tenía ya no eran para usarlos.
Así también, los custodios le arreglaron algunas cosas y tiraron a la basura objetos inservibles para que la anciana pudiera tener un poco más de espacio. Así terminó la labor de los custodios: llevaron un poco de alegría a una anciana abandonada.