El Tambo Vista Alegre del centro poblado Ccarhuaccocco se convirtió en el salón de clases de dos universitarios que siguen sus carreras de manera virtual a 3709 m.s.n.m., en el distrito de Paras, provincia Cangallo (Ayacucho).
Se trata de los primos Jesús Huamaní Llantoy y Giovani Llantoy Jayo, quienes usan las instalaciones y la señal de internet de la plataforma fija del Programa Nacional PAIS, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), para continuar sus estudios superiores con el objetivo de contribuir a revalorar y mejorar la calidad de vida de su pueblo.
De lunes a viernes a partir de las 6 de la tarde, Jesús coge su bicicleta para pedalear algunas pocas cuadras, desde su casa hasta el Tambo, donde se conecta a sus clases virtuales del sétimo ciclo de la licenciatura de Lengua y Literatura, de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga, de Ica.
Es el octavo y último hijo de una familia íntegramente dedicada a la agricultura, y sus padres le dicen que por su vocación de letras es el “lunar de la casa”.
“A causa de la cuarentena ya no pude volver a Ica a estudiar y, además, se suspendieron las clases presenciales. En mi pueblo Ccarhuaccocco es muy complicado captar señal de internet. Por ello, estoy muy agradecido con el programa PAIS y con el Midis por brindarme las facilidades para conectarme a mis clases en el Tambo. Sin este apoyo, habría dejado de estudiar de manera indefinida”, dice Jesús, de 25 años y admirador de los versos de Gustavo Adolfo Bécquer, César Vallejo y Pablo Neruda.
El estudiante también cuenta que cuando no está estudiando, ayuda a su padre en la chacra, pero lo que más le apasiona es la escritura. “Estoy recopilando las tradiciones orales de Ccarhuaccocco para llevarlas a textos. La rica cultura de esta parte de Ayacucho no debe perderse con el tiempo”, refiere.
GIOVANI
Su primo Giovani, de 19 años, estudia Agronomía en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga y desde pequeño le fascinó el verde de la chacra y el vigor del ganado vacuno que su familia hacía crecer cada temporada.
La emergencia sanitaria frenó de golpe sus planes de volver a sentarse en una carpeta de la capital de Ayacucho y lo confinó en su tierra natal. Pero él, al igual que Jesús, no renunció y encontró respuesta a su pedido de apoyo en el Tambo.
“Vengo al Tambo de lunes a viernes, de siete de la mañana hasta el mediodía, para asistir a mis clases por internet. Acá son muy amables y me brindan mucha ayuda. Los Tambos son de gran utilidad para las poblaciones que viven en zonas alejadas. Sin su conexión no podría seguir mis estudios”, comenta Giovani.
Este último cursa el tercer ciclo y su mayor deseo es tecnificar e industrializar los cultivos de maíz, papa y otros productos que son orgullo de su tierra.
PRIMOS
Ambos primos estudiaron en la misma escuela de nivel inicial, primaria y secundaria, pues es la única que hay en Ccarhuaccocco; además, coinciden en que el apoyo que reciben en el Tambo literalmente está “transformando” sus vidas.
Desde el Midis se informó que el tambo de Vista Alegre, es uno de los 50 similares que hay en toda la región de Ayacucho. “Se atiende a 1500 personas de 21 centros poblados. De enero último a la fecha se realizaron 3508 atenciones en dicho local; mientras que del 2012 al 2020 sus atenciones sumaron más de 35 000″, precisó el Ministerio de Desarrollo.
DATO
- La titular del Midis, Silvana Vargas Winstanley, resaltó que los Tambos son una muestra de cómo el Estado se acerca a las poblaciones de las zonas más alejadas.
- Estos sirven de escenario para la entrega de diversos servicios a las personas en el ámbito rural. En los Tambos, escolares acceden a la estrategia ‘Aprendo en casa’, universitarios asisten a clases virtuales y se dan conexiones de telemedicina, entre otras.