Una exhaustiva investigación es la que exigen los familiares del vigilante Juan Carlos Quispe Valdivia, quien fue asesinado de cuatro disparos y enterrado por inmediaciones de la mina Bandurrias del distrito de Atico de la provincia de Caravelí, en Arequipa. Ellos pidieron ubicar al amigo de la infancia del occiso, quien lo llevó a trabajar a dicho lugar y fue la última persona que lo habría visto con vida.
Luzmily Quispe, hermana del occiso, contó que Juan Carlos se trasladó desde Lima a la mina hace tres semanas a pedido de su amigo de la infancia Felipe Aybar Fernández (44), quien ahora está inubicable.
Agregó que la última vez que supo que su hermano estaba bien fue el domingo 22 de marzo.
“Él se iba a regresar, nos dijo que su amigo Felipe le pidió que se quede porque le iban a pagarle 50 soles por cuidar las máquinas. El domingo me llamó de un número desconocido y me dijo hermana te quiero mucho, me cuidas a mi negro (su hijo)”, cuenta Luzmily.
Al día de siguiente, al ver que el vigilante no respondía, Luzmily llamó a Felipe, pero este le dijo que su hermano estaba bien en la mina. Al día siguiente ya no respondió.
Según las investigaciones policiales, el cuerpo tenía por lo menos cinco días sin vida, al parecer, por cuatro impactos de bala; es decir, fue asesinado y enterrado entre el domingo y el lunes de la semana pasada.
“A mi hermano lo han matado en un lugar y lo han llevado para enterrarlo. Una sola persona no pudo haberlo matado porque es alto y agarrado, creemos que hay más personas involucradas”, denunció Luzmily.
La víctima llevaba tres semanas trabajando en Atico, en Arequipa, con la esperanza de juntar dinero para sus hijos en Lima.