
Un operativo rutinario de madrugada en Andahuaylas terminó destapando una de las farsas más descaradas de los últimos años. Edgar Pauccar Mañuico, un hombre de 41 años condenado por violación sexual en Ica, llevaba casi una década haciéndose pasar por muerto para eludir a la justicia.
El sujeto, que en los registros judiciales figuraba como fallecido desde el 2016, vivía tranquilamente en el distrito de San Jerónimo, en Apurímac, donde incluso llegó a convertirse en dirigente comunal. Para todos era el presidente de la comunidad de Lliupapuquio; para la justicia, un cadáver.
Todo se vino abajo cuando fue intervenido en un control policial. Con absoluta calma, entregó su DNI, pero al cotejar los datos, los agentes descubrieron que el supuesto muerto estaba muy vivo y con cuentas pendientes ante los tribunales de Ica.
LA FARSA DEL ACTA DE DEFUNCIÓN
De acuerdo con la Policía, Pauccar Mañuico se benefició de un acta de defunción falsa, que habría sido gestionada por familiares y con la participación de su abogado. Con ese documento, se extinguió la acción penal en su contra y se suspendió la requisitoria que debía llevarlo a prisión.
“En el año 2016 contaba con un proceso judicial por violación de una menor. Se hizo pasar como muerto. Eso está en materia de investigación de quiénes son los que presentaron, o su abogado o familiares, los certificados de defunción”, explicó el coronel César Bardales, jefe de la División Policial de Andahuaylas y Chincheros.
La fiscalía ya abrió una carpeta para investigar a quienes ayudaron a consumar la mentira, incluido el médico que firmó el acta de defunción. Todos ellos podrían enfrentar cargos por falsedad y fraude procesal.

Mientras tanto, la captura de Pauccar obliga al Poder Judicial de Ica a reactivar la sentencia firme por el delito de violación sexual de una menor.
El detenido, además de cumplir con la condena pendiente, será procesado por falsedad genérica y uso de documentos fraudulentos, al haber mantenido la farsa durante casi una década.
“Ha sido intervenido policialmente y va a ser puesto a disposición de las autoridades competentes e investigado por los delitos que habría cometido en cuanto a falsificación de documentos”, precisó el coronel Bardales.
La comunidad de San Jerónimo, donde se desenvolvía como líder campesino, se mostró sorprendida al conocer que aquel dirigente que organizaba reuniones y daba discursos en realidad debía estar tras las rejas desde hace nueve años.
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