A casi tres meses de perpetrado el horrendo crimen de la misionera laica italiana de la Operación Mato Grosso, Nadia Di Munari, agentes de la Policía Nacional detuvieron a cuatro sospechosos del brutal asesinato perpetrado el pasado 21 de abril en la habitación que ocupaba en la casa hogar Mamma Mia en el asentamiento humano América del Sur del distrito de Nuevo Chimbote, en la región Áncash.
Se trata de Liz Analy Panduro Tanchiva (26), Moisés López Olortegui (24), Angélica Dina Rojas Flores (19) y Nelsy Noel Cruz (20), cuya detención estuvo a cargo de personal de la Dirincri Lima y el Depincri Chimbote, luego que el Sétimo Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Superior de Justicia del Santa declarara fundado el pedido de detención preliminar por 72 horas.
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Según información policial, el móvil del sangriento crimen sería el robo. Moisés López Olórtegui habría aceptado haber golpeado con una comba en la cabeza a la misionera Nadia Di Munari, cuando esta se despertó y lo descubrió robando en su habitación. Tras dejarla inconsciente huyó llevándose el celular de la víctima.
Dos de las intervenidas trabajaban en la casa hogar donde ocurrió el crimen; mientras que otra detenida laboraba directamente para la Operación Mato Grosso en Perú, quien cayó junto a su pareja. A estos últimos se les halló el celular robado a la misionera.
Durante el registro domiciliario de los sospechosos en los asentamientos humanos Joselin Álvarez y Vista del Mar II del distrito de Nuevo Chimbote, se incautó todos los celulares. Asimismo, se autorizó el control, registro y lectura de la información contenida en los equipos móviles incautados como redes sociales; así como memorias internas y externas.
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También se informó que gracias a la tecnología se logró la ubicación del teléfono celular de la víctima que se halló en poder de los intervenidos.
Di Munari, fue encontrada agonizando en la habitación que ocupaba en la casa hogar Mamma Mia en las primeras horas de la mañana del 21 de abril. La religiosa presentaba traumatismo encéfalo craneano grave, fractura del cráneo y cuello; así como fractura del antebrazo derecho. Falleció tres días después en una clínica limeña.
El presunto asesino confeso, Moisés López, fue llevado a la comisaría de Buenos Aires; mientras que las otras intervenidas a diferentes dependencias policiales.
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