El informó que las repercusiones de este aislamiento en los ancianos, debido a la inactividad en la que se encuentran, habría acelerado sus procesos de envejecimiento a nivel exponencial. A partir de los 75 años pierden 500 gramos de músculo por año, con el encierro obligatorio esto podría haber incrementado.

EsSalud puso como ejemplo al síndrome de la Sarcopenia, una enfermedad progresiva y generalizada de los músculos, que normalmente se presenta a partir de los 65 años y sus riesgos se incrementan a medida que las fibras musculares se envejecen, más aún en esta época de confinamiento.

El envejecimiento de las fibras musculares trae como consecuencia caídas frecuentes, disminución de la masa ósea y pérdida de la estabilidad en la marcha.

“El confinamiento busca protegerlos (ancianos) del COVID-19; sin embargo, la inactividad que presentan hace que se aceleren ciertos síndromes geriátricos como lo es la sarcopenia relacionada al mismo proceso de envejecimiento, este síndrome se caracteriza por que conlleva a las caídas frecuentes, la disminución de la masa ósea por ende a las hospitalizaciones y peor si presentan comorbilidades, también pierden su autonomía en sus actividades diarias”, sostuvo la licenciada Marcelina Alvizuri del Hospital Guillermo Almenara de EsSalud.

REALIZAR EJERCICIOS

La vocera de EsSalud recomienda realizar rutinas de actividades físicas para complementar la preservación del músculo y su funcionalidad. Según la especialista, existen 4 tipos de ejercicios que podrían mejorar esta situación.

“Los adultos mayores deben realizar aeróbicos, entrenamientos de resistencia progresiva, ejercicios de flexibilidad y entrenamiento de equilibrio. Las recomendaciones deben de ser al menos de 150 minutos a la semana o 20 minutos diariamente”, señaló Alvizuri.

ALIMENTACIÓN

El confinamiento también ha repercutido en una alimentación nada saludable con un exceso de alimentos procesados como la pasta de tomate, frutas en almíbar, tocino, atún enlatado, jamones, panes, mermeladas y también alimentos ultra procesados como: Snacks, galletas, helados industriales, margarinas, caramelos, bebidas gaseosas, jugos envasados, refrescos, bizcochos, cereales endulzados, yogures azucarados, sopas instantáneas, pizzas, hamburguesa, salchichas y trozos de carne de ave y pescado empanizados.

Estos alimentos han generado ganancia de peso en base a calorías vacías y deficiencias de macro y micronutrientes como son las proteínas, vitaminas y fibras, esenciales para el control y preservación de la masa muscular que tanto necesitan.

“Se debe incluir en la alimentación del adulto mayor proteínas de alto valor biológico como: leche y yogur descremado, huevo, pescado, pollo, pavita, hígado y carnes rojas magras, las que deben de ser fraccionadas a lo largo del día. También es importante la vitamina D que no solo influye en la salud ósea, sino también en la muscular.”, precisó la funcionaria.

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